El ERE de TUZSA ya está sobre la mesa. La empresa se reunió ayer con el comité de empresa para explicarle que el redimensionamiento de plantilla del que hablaba hace 15 días se refiere al despido de 212 de sus empleados, 194 de ellos conductores y el resto de otros departamentos. La reducción del número de kiómetros anuales --tres millones menos-- que tendrá que recorrer es el motivo esgrimido, o "causas organizativas y de producción" como decían ayer las fuentes oficiales de la compañía, para justificar un despido colectivo que afectaría al 16% de su plantilla, que tiene casi 1.300 empleados, 1.100 de ellos conductores. Pero no lo planteó como una decisión cerrada, se abre un proceso de negociación con los sindicatos en el que, si quieren, podrían evitar incluso que haya bajas, con la contrapartida de asumir una rebaja salarial y de horario del 15%.

El órdago ya está echado y ahora toca analizar la "escala de grises" (así lo definió la empresa) que ofrece esta negociación en la que se encuentra el resultado final a este conflicto que parece iniciarse con un ánimo menos beligerante. Sobre todo porque la dirección parece querer aliviar el malestar de los pesos pesados de la plantilla y el comité de empresa fijando en la antigüedad el criterio para determinar quién se va a la calle si no hay entendimiento. Los últimos que entraron en la empresa son los que están en el punto de mira. Eso sí, solo en los conductores.

Este es, a grandes rasgos, el punto de partida de este ERE que tiene el plazo de un mes para resolverse. Y tanto la empresa como el comité tienen de trasfondo una nueva contrata que empieza a estar vigente a partir del 1 de agosto en la que se reducirá en 39 vehículos la flota de autobuses y en la que se pasará de hacer 20,8 millones de kilómetros anuales a 17,9.

La segunda reunión del día llevó a hablar del convenio colectivo, en el que el principal cambio es la "reducción del 10% a la baja" con medidas como la congelación de la antigüedad. Y es que la plantilla de TUZSA va acumulando trienios y ahora dejaran de hacerlo. Así, se notará en su salario que está en unos 35.000 euros de media.

Mientras, el vicealcalde, Fernando Gimeno, opinó que le extrañaba que no se hubieran reunido antes comité y dirección, y que "no tengo datos para prever que vaya a haber ningún conflicto". Y si lo hace, confió en que "no tenga repercusión en los vecinos ni en los trabajadores".