UAGA, la principal organización agraria de Aragón, volverá a sacar los tractores a las calles para denunciar la crítica situación que viven los fruticultores en la comunidad y, de paso, pedir un futuro digno para todo el sector primario. La primera concentración de protesta tendrá lugar a mediados de octubre en Calatayud, la comarca más golpeada por las inclemencias del tiempo además de por la crisis de precios. Con todo, la intención del sindicato agrario es iniciar un calendario de movilizaciones que desembocará en una manifestación «multitudinaria» en Zaragoza.

«No podemos seguir así; en la zona de Calatayud llevamos cuatro años de mala climatología, y este ha sido la puntilla con las heladas de abril y el pedrisco de hace unas semanas», indica el responsable del sector frutícola en UAGA, Alberto Ortego, que lamenta que la línea de créditos blandos que pondrá en marcha el Ejecutivo autonómico en los próximos meses para mitigar las pérdidas de la última granizada «no es suficiente».

«Valoramos el esfuerzo en un momento de restricción presupuestaria, pero creemos que hubiera sido más útil una línea de avales para que todo el mundo pudiera acceder a ella», apunta Ortego. En este sentido, lamenta que algunos bancos no concederán los préstamos a muchos agricultores que se encuentran muy endeudados. «Al final acabarán llegando a los que menos los necesitan», considera.

La DGA, sin embargo, no ve viables estos avales a pesar de que, como destaca UAGA, el sector primario es el motor de muchas comarcas. «Somos la GM de muchos pueblos y de nosotros depende su futuro», subraya Ortego.

La organización agraria ha intentado apurar al máximo la vía del diálogo, pero finalmente ha decidido convocar las protestas. En la concentración de Calatayud está previsto que acudan también agricultores del Bajo Cinca y Valdejalón. «Sacaremos los tractores a la calle, pero no pretendemos paralizar la circulación ni incomodar a los ciudadanos», apunta el responsable de UAGA, que también está intentando organizar una concentración en Fraga.

No será la primera vez que los tractores toman las calles para denunciar la crisis que vive el sector de la fruta. En agosto del 2017, de hecho, diferentes organizaciones lograron cortar la A-2 a la altura de Fraga para exigir unos precios justos.

EL VETO RUSO

El sector de la fruta, que en Aragón emplea a unas 15.000 empleos, lleva ya «demasiadas» campañas para olvidar. Desde que en agosto del 2014 entró en vigor el veto ruso a las importaciones de varios alimentos procedentes de la UE, los precios de la fruta de hueso se han desplomado casi todos los veranos como consecuencia del exceso de oferta. La prohibición ha dejado en una situación muy delicada a miles de agricultores aragoneses, que con unos precios tan bajos no pueden hacer frente ni a sus costes de producción.

Actualmente, los fruticultores de la comunidad están recibiendo entre 0,25 y 0,30 euros por kilo, frente a los 30-35 céntimos que suponen los costes de producción.

Más allá de la plantación de nuevas hectáreas de fruta de hueso, lo que ha elevado aún más la oferta en Aragón, el comportamiento de las grandes superficies también está detrás de la crisis. Según los sindicatos, muchas se están aprovechando y exigen precios muy bajos a los agricultores. «No tiene ningún sentido que vendamos nuestra fruta a 0,20 euros y luego la veamos en el supermercado a 1,90 euros», denuncia Ortego.