El sector de limpieza de la sanidad pública de Aragón corre un serio riesgo de volver al nivel de conflictividad laboral que tuvo en el 2013, cuando se produjo una huelga que duró 49 días. Así lo advirtió este miércoles UGT, que volvió a pedir la retirada del anuncio de licitación de esta actividad que publicó el pasado mes de enero por el Salud. Si no se da marcha atrás al proceso, cree que conllevará una nueva reducción del número de trabajadores y una merma en la calidad del servicio en hospitales y en centros de salud y de especialidades.

Así ocurrirá, según este sindicato, porque el principal criterio de la adjudicación vuelve a ser el económico (el 70% de la puntuación) en detrimento de las cuestiones técnicas. «Esto supone dejar que el mercado vuelva a decidir cómo deben limpiarse estos espacios», denunció el secretario de Acción sindical de la Federación de Servicios (FesMC) de UGT, Esteban Lauroba, que consideró que este modelo supone una «aberración social», además de ser «antieconómico». «No es una externalización, es la una privatización», agregó.

El sindicato defiende la creación de una empresa pública para gestionar esta actividad, al igual que se pretende hacer con el transporte sanitario, según ha expresado recientemente la consejera de Sanidad, Sira Repollés. Si esto no es posible por ahora, Lauroba reclamó al menos un cambio en el modelo de contratación para evitar un nuevo recorte de las horas de limpieza y del número de trabajadoras. «Que sea el Salud el que marque los pliegos de condiciones con el fin de revertir esta dramática reducción», reclamó.

De "limpiadoras a recogedoras"

Según UGT, la anterior licitación del servicio del 2016 siguió este modelo economicista que ha redundado en una «sobrecarga del trabajo», con el consiguiente aumento de las bajas laborales, y en una «relajación» de los protocolos de limpieza.

Como ejemplo de esta degradación, UGT señala que en el hospital Miguel Servet se ha reducido un 14% las horas de limpieza y un 44% las trabajadoras en los últimos cuatro años, mientras que en el Clínico las horas han bajado un 16% (de 295.000 a 253.000) y las limpiadoras de 169 a 145.

«La pandemia ha destapado toda la cantidad de personal que falta», destacó Olga Yebra, sección sindical de UGT en la limpieza del Servet, donde «han desaparecido 105 puestos de trabajo». «Esto implica que hemos pasado de hacer 20 quirófanos entre tres personas a 25, una sola trabajadora. De ser limpiadoras a ser recogedoras», lamentó. En el caso de los centros de salud el personal «ha quedado reducido a la mínima expresión», según FesMC-UGT.

Desde el Hospital Clínico, Pilar Gavín denuncia asimismo el «abandono total» al que las empresas contratistas han sometido a las limpiadoras del centro, a las que no les han facilitado equipos de protección frente al covid ni se hubieran vacunado «si no hubiera sido por el Salud». «No nos hemos sentido apoyados por las empresas», lamentó.

Ante esta situación y el bloqueo de la negociación colectiva, «no descartamos la movilización e incluso la huelga porque este no es un sector que se deje pisotear con facilidad», concluyó Lauroba.