UGT estima que en Aragón sufren alguna forma de esclavitud unas 3.000 personas, una lacra «invisible» pero que es «una realidad» en la comunidad. El sindicato presentó ayer su informe sobre explotación y trata de seres humanos con fines laborales, un documento que recoge estos datos y en el que destaca el retrato de las víctimas: mayoritariamente son mujeres jóvenes, entre los 18 a los 35 años y de origen centroamericano.

Unos datos que el sindicato extrapola del índice Global slavery index, elaborado por la Walk Free Foundation, que calcula que en España, que tiene una tasa de prevalencia de 2,27 por cada 1.000 habitantes, viven en la esclavitud moderna 105.000 personas y 167.000 están en situación de vulnerabilidad.

El responsable del departamento de Migraciones de UGT Aragón, Antonio Ranera, acompañado por la secretaria de Formación y Empleo, Pura Huerta, desglosó los resultados del informe que describe el trabajo forzoso, «la esclavitud del siglo XXI», que definió como aquella en la que la víctima es una «persona que ejerce una actividad laboral en contra de su voluntad y bajo amenaza», a la que no se ha ofrecido voluntariamente, y que supone la tercera actividad no formal más lucrativa del mundo en la actualidad. La definición abarca los trabajos forzosos, la explotación sexual, la mendicidad o los matrimonios forzados.

Ranera alertó del «aumento importante» de los casos detectados por el sindicato en Aragón, al pasar de los 8 del 2018 a los 19, con 22 víctimas, de los que tienen constancia este año. Atendiendo a las cifras del Ministerio del Interior, hubo 4 personas identificadas el año pasado, todas por fines sexuales, y 36 desde el 2014. Según UGT, son 12 mujeres y 10 hombres los atendidos en el 2019. Once de ellas son centroamericanas, 5 de países de la Unión Europea, 3 sudamericanas, 2 africanas y una española. El 45% tenían de 18 a 35 años, el 50% de 36 a 54 y el 5% de 55 a 65 años.

en el campo y la ciudad / En lo referente a las actividades en las que se ha detectado el problema, la suma de los sectores de agricultura y ganadería (36,36%) y el empleo doméstico (22,73%) aglutinan casi el 60% de los casos.

La confección, la hostelería y el transporte, con un 9% de los casos en cada área, les siguen en la lista. Zaragoza es la provincia en la que se han detectado más casos, 15, seguida de Huesca, con 3. Los otros 4 se llevaron a cabo en otros territorios del país. El 50% de estas situaciones tuvieron lugar en el medio rural y la otra mitad, en el urbano. La explotación se manifiesta en aspectos como salarios por debajo de lo estipulado o inexistentes, jornadas laborales prolongadas y durante todos los días de la semana, ausencia o incumplimiento del contrato, violaciones de las normas de seguridad e higiene, falta de prevención de riesgos laborales y tratos vejatorios y degradantes. Los anuncios en internet, el boca-oído o que los empleadores busquen a las víctimas donde se concentran las personas en riesgo severo de exclusión son las formas de captación.