Las trabajadoras aragonesas cobran de media menos que los hombres en todos los sectores productivos, grupos de edad o por niveles de cualificación. Este diferencial ronda el 25% de manera general, un porcentaje que apenas ha variado en los últimos años, como tampoco se han corregido apenas otros indicadores de la discriminación que vive la mujer en el mundo laboral. Así lo refleja el informe anual sobre la materia elaborado por UGT Aragón, que llamó ayer a la movilización activa el próximo 8 de marzo ante la ausencia de mejoras en igualdad.

«No hemos avanzado, salvo en que hay más concienciación y visibilización del problema», afirmó en rueda de prensa la secretaria de Formación y Empleo del sindicato, Pura Huerta, acompañada por el secretario general, Daniel Alastuey, que animaron a secundar el paro de dos horas convocado por esta central y CCOO con motivo del Día Internacional de la Mujer.

UGT sitúa la brecha de género en Aragón en el 25,90%, según los datos correspondientes al 2016 (últimos disponibles) de la Encuesta de Estructura Salarial que elabora el INE, que considera que es el fuente estadísticas más fiel de la realidad. Este indicador se ha incrementado tímidamente en cinco centésimas respecto al año anterior (25,85%). A lo largo de la crisis, desde el 2008, ha disminuido apenas medio punto, algo más en los trabajos indefinidos (un 3,33% menos, hasta el 26,29%), pero se ha ampliado en los temporales (un 8,42% más, hasta el 20,25%).

El sindicato alertó de que la diferencia salarial es mayor cuanto menor es el nivel de ingresos. Entre el 10% del conjunto de los trabajadores que menos cobran, llega al 41,95%. También es mayor en el colectivo de menos cualificación y entre los pensionistas, en ambos casos por encima del 38%. Por el contrario, la brecha entre hombre y mujeres alcanza sus niveles más bajos -por debajo del 20%- en la franja de edad de 26 a 35 años y en las administraciones públicas.

PROPUESTAS

«La brecha salarial existe, aunque empieza a haber negacionistas», lamentó Alastuey. El problema, explicó, es consecuencia de una cultura y unas prácticas laborales que discriminan a la mujer en el trabajo, por lo que «no hay soluciones fáciles y rápidas». Para combatirlo, UGT abogó por empezar en la educación «tratando de acabar con los roles sexistas que luego derivan en la discriminación», apuntó Huerta. Reclamó también una ley de igualdad salarial, políticas activas de empleo con perspectiva de género y derogar la reforma laboral, a la que se achaca el auge de la contratación parcial entre las mujeres, que acaparan el 78% de este empleo en Aragón.