La paciencia de los vecinos de Garrapinillos roza el límite. La asociación San Lorenzo envió hace unos días una carta al teniente de alcalde de Urbanismo, Antonio Gaspar, dándole diez días de plazo para dar un "impulso definitivo" a la reforma de la carretera de entrada al barrio. En el caso de que a principios de la próxima semana no se obtenga una respuesta "lo suficientemente contundente y satisfactoria", se fijará una fecha para salir a la calle a manifestarse por el peligro que entraña ahora la estrechez de la vía.

A la iniciativa se ha sumado la Asociación de Vecinos Torre Morales y el propio alcalde de Garrapinillos, Mariano Blasco, quien no ha dudado en tildar de "inaceptable" el retraso de más de seis años que acumula esta obra. "Hemos utilizado todos los procedimientos que nos están permitidos, hemos dialogado y hemos esperado. Pero visto que no se avanza, tal vez no quede más remedio que recurrir a otras fórmulas más directas y efectivas", manifestó Blasco.

El proyecto contaba este año con una partida presupuestaria para asumir el coste de las expropiaciones, para cuya resolución se optó por solicitar al Gobierno de Aragón la declaración de urgencia de la obra. La Gerencia Municipal de Urbanismo remitió el expediente a la DGA, pero ha tenido que completarlo con una serie de informes requeridos mucho más exhaustivos. Según fuentes municipales, se está ultimando el dossier y se devolverá la próxima semana.

En Garrapinillos, el ambiente se encuentra caldeado. "Más vale que esta vez nos tomen en serio porque si nos manifestamos será con tractores y camiones de labor, nada de una marcha controlada como si fuesemos cabras", advitió Vicente Rubio, de Torre Morales.