Ultimátum de los vendedores del mercado de venta ambulante de Zaragoza. Si el ayuntamiento no actúa y les soluciona los problemas con los que llevan años conviviendo no descartan hacer ruido y convocar movilizaciones. Con la propuesta de cambiar de ubicación en el aire, la junta del mercado ambulante lleva meses pidiendo medidas que «dignifiquen» su trabajo y sus puestos y conviertan la zona en un lugar más bonito y amable.

La portavoz de la junta, Esther Jiménez, explicó que «mantienen la confianza» en el equipo de Gobierno pero que no están dispuestos a que las soluciones se sigan demorando. «Está muy bien que organicen paellas, sorteos de Navidad, que hayan alargado la línea 51 hasta el párking sur o que hayan colocado papeleras y bancos, pero es que han empezado la casa por el tejado», aseguró. «Lo que tienen que hacer en primer lugar es dignificar el espacio, mejorar el mercado para que sea más amable, cercano e invite a la gente a pasear por la zona».

Según Jiménez, llevan días sin poder montar sus puestos por las fuertes rachas de viento. «Es peligroso y pocos se atreven a hacerlo», comentó. Un hecho que evidencia, a su juicio, la urgencia de colocar elementos que protejan la zona de puestos del cierzo. También creen que es prioritario que se reasfalten algunos tramos porque «cuando llueve se convierten en un barrizal» y eso ahuyenta a los compradores. «Valoramos de forma positiva lo que se ha hecho, está muy bien y el Gobierno de ZeC ha demostrado tener predisposición, pero necesitamos actuaciones ya», apuntó. Desde el ayuntamiento explicaron que hasta que no termine la comisión sobre el futuro del rastro no se tomarán decisiones.

Precisamente, durante la sesión de ayer la Unión de Profesionales y Autónomos de Aragón (UPTA) propuso un «cambio de modelo» del mercado ambulante. El secretario general de UPTA, Álvaro Bajén, explicó que habría que crear sinergias entre los puestos comunes con los comercios y la hostelería de otras zonas de la ciudad, como los del Mercado Central. «Para dignificarlo primero hay que cambiar esa mentalidad que hay en Zaragoza de que se trata de algo marginal y combinar su oferta con otras de características similares».