Aragón pretende dar carpetazo a los últimos vestigios del régimen franquista que 25 después de la firma de la Constitución aún perviven en las calles de un centenar de municipios. Unos 200 nombres de plazas, vías y colegios, así como estatuas o bustos de la dictadura, parecen tener los días contados.
Los cinco grupos parlamentarios de las Cortes secundaron ayer una proposición no de ley de Chunta Aragonesista --dada a conocer por este periódico-- para apoyar la retirada de estos emblemas. Eso sí, al texto presentado por CHA se añadieron varias enmiendas que fueron aceptadas por la formación nacionalista.
La calle Cara al Sol de los pueblos turolenses de Alfambra, Escorihuela o Villaespesa; la calle Carrero Blanco de Mesones de Isuela; o el colegio Primo de Rivera de La Almunia, entre otros, podrían cambia sus denominaciones en breve.
Ahora bien, la última palabra la tendrán los municipios, a quienes corresponde decidir en este tipo de cuestiones. Entre tanto, la DGA trasladará a los ayuntamientos la opinión del Parlamento.
"Los nombres del franquismo chirrían con los valores que las Cortes defendieron en diciembre", señaló el diputado de CHA Chesús Bernal.
Pero el texto aprobado también provocó diferencias en el seno de las formaciones políticas. Izquierda Unida logró incluir que la Guerra Civil fue consecuencia de la sublevación militar contra el Gobierno democrático de la República, mientras el PP y el PAR criticaron varios matices del documento.
El parlamentario de los populares Antonio Torres subrayó que los cambios deben hacerse de "forma natural". "Si nos ponemos así habrá que modificar el apellido del presidente de la Cámara --Pina-- y del portavoz del PSOE --Franco--", bromeó. Por su parte, Antonio Ruspira, del PAR, consideró "innecesario" recurrir a la DGA para transmitir la postura de las Cortes.
Conflicto en los pueblos Según los datos de CHA, los nombres más comunes son general Mola, José Antonio (Primo de Rivera, no Labordeta como alguien escribió en Villanueva de Gállego) y Generalísimo Franco. 126 de los símbolos contabilizados se encuentran en la provincia de Zaragoza.
Pero el consenso alcanzado por los parlamentarios podría no trasladarse al centenar de localidades aragonesas afectadas por la cuestión. Por ejemplo, el pleno del Ayuntamiento de La Puebla de Alfindén rechazó recientemente una propuesta para sustituir el nombre de la calle General Franco por el de Ramiro I.
A pesar de que el alcalde de la localidad, Fernando Salvador --del PSOE-- voto a favor del cambio, los tres concejales de su partido se abstuvieron. Salvador apuntó que sus ediles querían conocer "la opinión de los vecinos". " Algunos prefieren evitar las molestias y los costes que suponen los cambios de dirección, aunque el ayuntamiento podría facilitar la gestión. Me reuniré de nuevo con mi grupo para volver a plantear el tema, que se tratará en el próximo pleno", subrayó el alcalde.
Pero el conflicto que se vive en esta localidad zaragozana también se palpa en otros pueblos como Villanueva de Gállego, donde 250 vecinos han firmado en contra de la sustitución de los nombres por los problemas que pueden acarrear y por no haber consultado la medida a los afectados. Sin embargo, su consistorio ya ha hecho efectivo el cambio.