Dominando la comarca de las Cinco Villas, el castillo de Sora, en Castejón de Valdejasa, se alza inexpugnable y poderoso. Siempre se ha considerado un elemento atípico de la arquitectura militar, sobre todo por su torre principal, levantada en los años del Renacimiento. Por su época, muy posiblemente sea la última torre del homenaje construida en Aragón. Posiblemente un misterioso capricho señorial de un poderoso dirigente de la zona.

Según se explica en la guía Arte en la provincia de Zaragoza de la Diputación Provincial (DPZ), esta torre del Homenaje (o de la Celoquia) es el edificio más destacado de todos los que componen el conjunto de la fortaleza. Se trata de una torre cuadrada, de no mucha altura, emplazada sobre un peñasco rocoso, en el que se excavó un piso inferior. Está construida en sillares de piedra bien escuadrada y asentada, en fina obra de cantería.

En la actualidad, según explica el alcalde de Castejón de Valdejasa, Jesús Prado, los restos (al ser de propiedad particular), únicamente son semivisitables. Situados a poco más de un kilómetro del municipio, una vez sorteada la cadena que cierra el camino se puede pasear por los alrededores, guardando el debido respeto por los restos y extremando las precauciones.

Conjunto musulman

Aunque la imponente torre del Homenaje sea renacentista, según indica el servicio de cultura de la DPZ el conjunto original es un castillo musulmán, con restos bien visibles de aquella época. Quizá Sora cumplió una función defensiva y de control del territorio desde muy antiguo, "pues el punto que ocupa posee un extraordinario valor estratégico. En primer lugar, porque desde su altura se divisa una gran extensión de terreno, del Prepirineo al Valle del Ebro", recuerdan. Esta privilegiada situación le permitía un excepcional control sobre movimientos de tropas, escaramuzas o violentas cabalgadas, en épocas en las que el factor sorpresa y la posibilidad de escapar una vez consumado el ataque eran claves para el éxito.

Lamentablemente, el abandono ha hecho mella en los restos y en algunos aspectos es complicado recordar el esplendor pasado. Según precisa Prado, desde el municipio se han intentado promover campañas para restaurar el conjunto, pero hasta ahora no han fructificado. Por el momento el ayuntamiento ha publicado un libro (El Castillo de Sora, fortaleza principal de las Cinco Villas, de Marisancho Menjón) en el que se describe la historia del conjunto para que no caiga en el olvido.

Otras de las características singulares de este lugar es la calzada romana Caesarausta-Pompaelo (Zaragoza-Pamplona) que discurría a sus pies. Según la guía artística de la provincia fue la primera que se construyó tras la fundación de la capital del Ebro, vía de comunicación de gran importancia tanto comercial como militar. Además, en su más inmediato campo visual se encuentra Ejea de los Caballeros. Para Prado, estos restos arqueológicos, que se están investigando en la actualidad, podrían suponer una oportunidad turística para el municipio ya que enlazan con el cercano yacimiento de Los Bañales.

Sabrosos escabechados

La visita a Castejón de Valdejasa se puede completar, según Prado, con la entrada a la iglesia de Santa María la Mayor, para lo cual es necesario solicitar la llave en la alcaldía. Lo mismo sucede para conocer la ermita de Santa Ana, de sobrio estilo rural y construida en 1.894.

Para que la satisfacción del viajero sea completa, es casi obligatorio degustar un plato del famoso (y sabroso) conejo escabechado que tan bien se prepara en la zona. La época adecuada son los meses de la primavera, en los que también se celebra la feria anual dedicada a esta delicia gastronómica, pero en cualquier fecha los buenos comensales son bien recibidos, sobre todo después de haber paseado por tantos siglos de historia.