Hoy, la familia y amigos de Francisco José Canela Grima -acusado del asesinato de otro joven, Robert Racolti, en la localidad de Ricla hace un año y medio- va a instalar lazos amarillos en los espacios más emblemáticos del municipio para pedir que no sea condenado al destierro, tal y como solicita la acusación. Consideran que la pena de prisión es suficiente, más aún cuando el acusado está «profundamente arrepentido».

-El próximo 25 de septiembre será juzgado su hermano Francisco por asesinato. ¿Cómo se enfrenta usted a ello? ¿Y él?

-Están siendo días malos tanto para nosotros como seguramente para la familia de Racolti. Sé lo que puede sentir su madre porque yo lo soy, al igual que mi madre. Nos han venido los malos recuerdos y eso que aunque en todo este tiempo el dolor no se ha disipado. Mi hermano, permítame que le llame Curro, también está mal porque se arrepiente cada día que pasa de lo ocurrido. De hecho, solo duerme por las noches cuando lo medican en la cárcel.

-Su hermano desde el principio señaló que lo había matado en defensa propia y que iba drogado y bebido...

-Y es así tal y como lo señalan tanto los testigos como los informes médicos. Curro ha sido siempre un destalentado con ese tema, pero no es mala persona, no es un asesino en serie. Él tenía un problema con la pareja de Racolti y con este, ya que se metían con él, así que decidió quedar con ellos para pedir explicaciones. Tenía miedo. Lo malo es que tiró por la calle del medio al ir en ese estado.

-Pero también es verdad que no es lo mismo responder con sus manos que utilizar un arma, tal y como hizo.

-Por supuesto. Hubo un forcejeo, pero en ese estado de embriaguez y de drogas pues decidió coger la pistola de mi padre que estaba en la bodega. Si hubiera tenido intención de matar desde el principio lo hubiera podido hacer porque hubo disparos al suelo. De hecho, la pareja de Racolti salió corriendo a la calle, por lo que no hubo una planificación asesina por parte de mi hermano. De hecho, a él no le gustaban las armas y la mili la hizo como voluntario de la Cruz Roja.

-Su hermano Francisco José Canela se enfrenta a un máximo de 25 años de cárcel. ¿Qué opinión le merece?

-Tanto mi hermano Curro, como mi madre, los amigos de él y el resto de la familia asumimos la decisión que estime pertinente el Jurado Popular. Todos los que he nombrado anteriormente sabemos que lo que hizo es algo gravísimo, pero lo que no nos parece lógico es añadir una pena de destierro, que él no pueda volver a pisar el municipio que vio nacer. Es una pena añadida.

-¿Qué proponen ustedes?

-Mi hermano está tan arrepentido y resignado que su futuro más próximo es la cárcel que cuando pueda salir lo que va a querer es disfrutar de su gente. Tan malo no será cuando después de todo este tiempo hay más de 200 personas, todos amigos de él, en un grupo de Facebook en el que se le intenta mantener al día de todo.

-¿Es por ello que ustedes van a poner lazos de color amarillo en todo el pueblo? ¿Tiene apoyos?

-Cuando ocurrió todo, sus amigos querían hacer una concentración en apoyo a Curro porque la situación en el pueblo es complicada porque una parte de la comunidad rumana ha venido a Ricla a trabajar, pero otra parte no lo hace. Estaba lista y vimos que grupos nazis iban a apropiarse de ella y decidimos desconvocarla porque nosotros no somos xenófobos, todo lo contrario. Al no poder hacerlo, ahí quedó una espinita clavada y con motivo de su cumpleaños decidimos poner en marcha esta iniciativa de los lazos. Sobre los apoyos, tengo hasta el permiso por escrito del alcalde.

-¿De dónde surgió esa idea?

-Hay una canción en la que se habla que un preso le pide a su novia que, si quiere que a la salida de la cárcel le vaya a ver, coloque una cinta amarilla en su puerta. Cuando va hay cien cintas.

-Por último, ¿va a pedir perdón a la familia de la víctima?

-No hemos ido a La Almunia a hacerlo porque nos parecía violento, pero en el juicio lo haremos. No sé si lo aceptarán, pero lo entiendo.