"Hola, me llamo Daniel y soy programador". La ronda de presentaciones que se escuchaba ayer por la mañana en el edificio Cero Emisiones de la Milla Digital de Zaragoza parecía el inicio de un programa de sesiones de terapia de grupo, pero fue el preludio de algo más interesante: una jornada para intentar unir, en pocas horas, talentos científicos y humanísticos en proyectos tangibles, fáciles de desarrollar pero útiles para el ciudadano.

Fue el Hack day, en el que los participantes, unos 60 según la inscripción --algunos menos en el madrugón de las once de la mañana-- , se dieron cita para conocer qué proyectos se proponían, y compartir sus ideas respecto a los mismos. El elemento distintivo de esta jornada zaragozana, según lo explicó Maricarmen Ibáñez, de la red científica Ibercivis, era el componente de la ciencia ciudadana. Es decir, reunir perfiles no puramente técnicos --o al menos no solo programadores informáticos y diseñadores-- y crear proyectos en los que el público pudiese participar. Lo segundo se consiguió, lo primero, no tanto.

Entre otros trabajos, los participantes aportaron ideas y trataron de desarrollar un mapa de baches de la ciudad de Zaragoza, que los usuarios --fundamentalmente los taxistas-- puedan ir rellenando con sus teléfonos móviles de última generación y sirva de advertencia a otros usuarios. Otra de las ideas era un mapa de ruidos, de similares características, con la dificultad de establecer unos parámetros para que todo el mundo mida en las mismas condiciones.

Una de las que más interés despertó fue un programa que permitiera medir en cifras la actividad diaria --ingesta de alimentos, distancia recorrida, horas de sueño-- para tener una base científica sobre la que mejorar la rutina, por ejemplo.

La variedad de perfiles, ante los circuitos habituales de distribución de estos eventos --sobre todo universitarios--, no fue excesiva. Aún así, hubo notables ejemplos de la esfera humanística, como un historiador o un profesor de la Escuela de Artes, Francisco Serón, muy interesado en trabajar "con términos científicos desde el arte". Ejemplos de interconexión hay varios, como crear cuadros con las imágenes de telescopios y sondas espaciales; a él le interesa "acercar espacios científicos" mediante el arte, un vehículo más accesible.

A la reunión acudieron desde creativos hasta curiosos, pero también despertó el interés de algún industrial, deseoso de comprobar si la dinámica del hack day "se puede aplicar a gente con corbata".