Cuando tuvimos la reunión de padres de preparación del viaje que se iba a realizar, del contenido del mismo, la sabiduría y conocimiento profundo del tema que nos transmitieron los profesores Jesús Inglada y Carlos Pérez, me quedé impresionada, al igual que todos los padres reunidos. Todos queríamos ir al viaje.

Nuestros hijos realizaron un intenso y ambicioso viaje de nueve días, conociendo el Holocausto, recorriendo tres países, viendo lugares y escuchando vivencias de supervivientes que de una u otra forma lo sufrieron y que han perdonado. Conociendo la cruda realidad, aquella barbarie de los nazis, contra los judíos, gitanos, homosexuales y demócratas en su política de fanatismo ideológico, racismo y xenofobia.

Este viaje fue una clase de historia continua para los chavales y una lección de vida, de humanismo, de tristeza, de reflexión interior, de conocimiento de valores que les ha servido también para su madurez personal.

<b>Concha Santamaría Palacín</b>