El director general de Conservación del Medio Natural del Gobierno de Aragón, Pablo Munilla, ha presentado de forma oficial, este lunes en la Finca de la Alfranca (Zaragoza), la Unidad Canina Antiveneno de la Comunidad autónoma que tiene como finalidad luchar contra la utilización de cebos envenenados en el medio natural, ya que esta práctica constituye una de las más nocivas para todas las especies de fauna.

Así, su uso está asociado a prácticas cinegética poco respetuosas y delictivas, o a la utilización indebida de productos tóxicos para el control de daños producidos por determinadas especies sobre los cultivos o el ganado, ha informado el Ejecutivo autonómico en un comunicado.

El veneno afecta a diferentes especies de fauna salvaje, aves, carnívoros, roedores, y a la fauna doméstica como mascotas y perros de caza que pueden ingerir estos cebos y es una práctica ilegal tipificada como delito en el Código Penal.

Además, el director general de Conservación del Medio Natural, Pablo Munilla, ha indicado que en la Comunidad aragonesa, el uso ilegal de venenos en el medio natural está extendido por todo el territorio aunque con distinta intensidad, siendo su uso un factor grave de riesgo para la fauna, por los daños ecológicos que produce, sobre todo en algunas de las especies más amenazadas.

De esta forma, en el periodo 2000-2010 se recogieron cerca de 600 ejemplares de especies incluidas en el Catálogo de Especies Amenazadas de Aragón que habían sido afectadas por envenenamiento.

Con el fin de contribuir a la eliminación de este problema, el Gobierno de Aragón puso en marcha en el año 2007 el Plan de Acción para la erradicación del uso ilegal de venenos en el medio natural, que contempla la adopción de medidas para luchar contra esta práctica ilegal. Aragón es una de las pocas comunidades autónomas que tienen en funcionamiento una estrategia de este tipo.

Proyecto Life Antídoto

Dentro de las acciones que desarrolla el Plan de Acción contra el uso del veneno en Aragón destaca participación en el proyecto europeo Life Antidoto (LIFE07 NAT/IT/000436), financiado por la Comisión Europea, y que este el consejero de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente del Gobierno de Aragón, Modesto Lobón, ha presentado en la Alfranca.

Se trata de "un proyecto que tiene por objetivo la conservación de la fauna y el medio ambiente mediante la adopción de medidas innovadoras contra el uso ilegal de venenos en el medio rural", ha destacado Lobón.

Dicho proyecto, tiene una duración de cinco años (2009-2013), y cuenta como socios con el Gobierno de Aragón, con la Junta de Andalucía y al Parque Nacional del Gran Sasso y Montes de la Laga, en Italia.

La acción más importante de este proyecto en la puesta en marcha en Aragón de una Patrulla Canina que ayude a los Agentes para la Protección de la Naturaleza en su lucha diaria contra el uso de cebos envenenados en el medio rural.

"Una labor interesante que está dando unos resultados estupendos y que está logrando un éxito tal que otras comunidades vecinas solicitan nuestra servicios. Todo ello pone de manifiesto la preocupación del Gobierno de Aragón por estar a la vanguardia en cualquier preocupación medioambiental", ha manifestado el consejero de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente.

Cinco perros adiestrados

En estos momentos el Gobierno de Aragón dispone de cinco perros adiestrados en la búsqueda de cebos envenenados. La patrulla canina es manejada por un guía adiestrador que, junto con los perros, siempre sale al campo junto a uno o varios Agentes para la Protección de la Naturaleza (APN).

Siguiendo un estricto protocolo para el levantamiento, recogida y remisión de cebos y cadáveres de fauna envenenados, los APN son los garantes de que, en caso de encontrar este tipo de indicios, las muestras se tomen con las adecuadas cautelas.

Una vez recogidas, las muestras son llevadas al Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de la Alfranca, donde se realiza un primer análisis anatomo-patológico forense, también sujeto a un protocolo estandarizado.

En función de las lesiones observadas y de la sospecha de productos implicados, el personal veterinario del Centro de Recuperación procede a una toma de muestras que son remitidas a un laboratorio especializado en toxicología al objeto de verificar la presencia de tóxicos.

En los últimos años este trabajo lo desarrolla el Laboratorio de Toxicología del Instituto de Investigación de Recursos Cinegéticos (Ministerio de Ciencia e Innovación), que emite el correspondiente informe pericial. En base a la dosis hallada en las muestras y el tipo de tóxico se valora la intencionalidad del uso.

Dicho informe y un estudio pericial definitivo del Centro de Recuperación, que incorpora los resultados toxicológicos, se remiten al Servicio Provincial con objeto de que se tenga en consideración en el procedimiento administrativo abierto o en su caso para su remisión a la jurisdicción penal, tal y como establece el Protocolo para las actuaciones en la vía administrativa y la coordinación con la vía penal.

Funcionamiento de la patrulla

El director general de Conservación del Medio Natural, Pablo Munilla, ha asegurado que "el funcionamiento de la patrulla de la Unidad Canina Antiveneno se basa en la realización de salidas al campo programadas y planificadas desde los Servicios Provinciales del Departamento de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente, en las que se acude a zonas donde se sospecha que puede haber sido utilizado el veneno. También se realizan labores de búsqueda como acción preventiva".

Por otra parte, la patrulla está preparada para realizar las salidas de urgencia que pueden tener lugar en cualquier día y hora del año, y se realizan cuando hay una sospecha fundada, indicio o aviso de que se ha encontrado un cebo o animal envenenado.

Además, ha destacado la colaboración con las Castilla-León y Navarra que han solicitado ya la participación de la patrulla canina aragonesa en dos ocasiones puntuales.

Desde su puesta en funcionamiento el mes de agosto del pasado año, la patrulla canina ha realizado 38 intervenciones, 14 de ellas de urgencia. Así, en siete de estas actuaciones se han encontrado cadáveres de animales sobre los que se está procediendo al análisis para conocer las causas de su muerte. En nueve casos se han localizado cebos envenenados y en seis indicios de la presencia de tóxicos.