La Unidad Verde de Zaragoza va a hacer un mapeo de los pozos ilegales y abandonados que hay en los montes de los alrededores de la ciudad para detectarlos, ubicarlos, rellenarlos y cerrarlos. Una medida de seguridad se que hará después del fatídico suceso ocurrido en Totalán, donde un pequeño de tan solo dos años falleció tras caerse en el interior de uno ilegal de 100 metros de profundidad.

En el 2002 ya se realizó un estudio parecido, en el que se detectaron 14 y que ahora quieren actualizar. «Un suceso como el de Julen hace que tengas más conciencia de la importancia de sellarlos, pero sobre todo de rellenarlos que es como verdaderamente se evitaría una desgracia», explican. La solución no pasa por cubrirlos, si no que hay que eliminar ese hueco en la tierra si ya no se le va a dar un uso, añaden.

Hace un par de semanas que los miembros de la unidad comenzaron con los trabajos de localización. La mayoría -abandonados en parcelas, sellados de forma insegura o directamente sin cubrir y ubicados en zonas con poca visibilidad- se encuentra en los montes de los alrededores de Zaragoza, como Peñaflor, Montañana o Santa Isabel, donde ya se han encontrado varios, así como en antiguas huertas. Estos hoyos se encuentran en lugares cercanos a caminos transitados por lo que entrañan grandes riesgos, reiteran desde la Unidad Verdad.

En su mayoría se trata de antiguos pozos de captación de agua con profundidades muy diversas que pueden ir de los tres metros a los 10 y unos diámetros igualmente variados. «Algunos tienen 30 centímetros, pero ya se ha visto que entrañan el mismo riesgo», matizaron en referencia al pozo de Totalán, de 25 centímetros de ancho.

Esta semana se han cerrado dos pozos y un agujero en una parcela que se encuentra en la parte trasera del colegio de Movera, junto al río Gállego, donde se ubicaba la antigua planta de áridos. Fue un ciudadano el que alertó a la Unidad Verde el pasado viernes de que había un pozo sin sellar. Tras la inspección se detectó otro en el que se apreciaban los tubos para la extracción del agua y un pequeño agujero que también podía ser peligroso. La propietaria de los suelos, una junta de compensación, ha procedido de inmediato al soterramiento de los hoyos, uno de unos 10 metros de profundidad y otros de 7, con un diámetro de 50 centímetros.

Localizar todos será una tarea complicada y lenta, donde las alertas ciudadanas serán de gran ayuda. Una vez detectados, hay que saber si el legal, localizar al propietario, instarle a su sellado y controlar que o bien se ha señalizado o se ha soterrado, explicaron desde la unidad. También hay que tener en cuenta que en aquellas zonas con huertas de cultivo hay construidos sifones, estructuras de riego que suelen estar rodeados de hormigón. En el barrio de Parque Goya abundan y la unidad los revisará hoy.

Su investigación no se limitará en detectar aquellos hoyos al descubierto, sino que también localizarán los que están sellados y no cumplen con los requisitos de seguridad. Por ejemplo se ha detectado uno así en el camino de Peñaflor por el que se accede al Centro Municipal de Protección Animal, de unos 30 centímetros y que debería colmatarse de tierra para eliminar cualquier tipo de riesgo.