La Universidad de Zaragoza tiene un proyecto de remodelación para el complejo deportivo exterior del campus de San Francisco que busca una administración que le ayude a hacerlo realidad. Desde el vicerrectorado de Cultura y Proyección Social, se ha redactado una propuesta técnica valorada que estima el coste en 1.020.781 euros y que contempla una renovación de las pistas de atletismo, del campo de césped para jugar al rugby y al fútbol, y las gradas y vestuarios de las instalaciones. Además, plantea habilitar una zona con pistas de pádel y otra de canchas de baloncesto que no se incluyen en ese presupuesto inicial.

Su objetivo no es tanto dar un lavado de cara a unas instalaciones que llevan años esperando dinero para renovarlas, sino apostar por un complejo deportivo al aire libre del que también puedan disfrutar el resto de la ciudad, no solo la comunidad universitaria. Acoger eventos deportivos, programas de tecnificación, abrir la posibilidad de reservarlas a entidades deportivas o, incluso, programas actividades para la ciudadanía. La universidad siempre ha sido un espacio abierto, y sus pistas pueden ser igualmente para el disfrute de los zaragozanos, y abrir la mano a que otros centros educativos, de Primaria y Secundaria, puedan utilizar estos 15.000 metros cuadrados de superficie.

De ese millón de euros, el mayor desembolso se haría en las pistas de atletismo, con un coste estimado de 525.000 euros. Los otros 495.781 irían a parar a la superficie de césped, para la que se plantea cambiar la hierba natural por otra artificial y suelo sintético para, en su interior, habilitar un espacio para jugar al rugby, al fútbol y al fútbol-7. Junto a estas pistas se prevén dos pistas de baloncesto con cubierta y una de fútbol sala, que ocuparía 800 metros cuadrados, y otros 1.845 al otro lado con cinco pistas de pádel semicubiertas y con iluminación artificial.

Son algunas de las mejoras que, enmarcadas en el proyecto Unizar Saludable, se pretenden para el campus de referencia de la Universidad de Zaragoza, el de San Francisco, para transformarlo en un recinto «actual, comprometido y orientado al fomento de la salud que pueda ser pionero a nivel nacional en este tipo de iniciativas».

Su reconversión en un uso polivalente incrementaría de forma notable el número de usuarios, permitiría incluso desarrollar actividades curriculares y preparar competiciones sociales o formar deportistas de élite. Y con un uso que vaya más allá del deportivo, porque en su remodelación de las gradas y vestuarios, se plantea aumentar el espacio para incluir un área social, con ludoteca, oficinas o cafetería, además de una terraza, salas de reuniones y un espacio dedicado a los más pequeños del barrio.