La Universidad de Zaragoza y la Asociación Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) de la capital aragonesa han apostado por darse la mano con el fin de sensibilizar acerca de esta patología que afecta al 3% de la población. Juntos van a celebrar este miércoles una jornada especializada en este tema donde participarán, entre otros, especialistas, catedráticos y afectados en un acto que contará con la asistencia de más de 400 personas.

El TOC se consideró un trastorno "poco frecuente” hasta los años 80, pero es una de las diez afecciones mentales que más malestar y sufrimiento provocan, según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). La conferencia inaugural correrá a cargo de Amparo Belloch, catedrática de Psicopatología en la facultad de Psicología de la Universidad de Valencia, mientras que la segunda será impartida por el psicólogo clínico de la Unidad de Salud Mental Sagasta-Ruiseñores, José Antonio Aldaz.

Las personas afectadas por TOC sufren, en muchos casos, importantes alteraciones psicopatológicas y afectaciones en su vida diaria que requieren un tratamiento especializado intensivo y prolongado en el tiempo, lo que lleva, en muchos casos, a un uso excesivo de fármacos en vez de ofrecer intervenciones psicológicas.

Por otro lado, TOC Zaragoza y el campus público han firmado un acuerdo de colaboración, con ayuda de la Oficina Universitaria de Apoyo a la Diversidad (OUAD), que pueda servir para avanzar en la adopción de medidas concretas para las necesidades educativas de estas personas en la universidad.

¿Cuáles son los síntomas?

Los primeros síntomas del TOC aparecen, en muchos casos, en la infancia o en la primera adolescencia. A pesar de la interferencia que provoca en la vida cotidiana de quienes lo padecen y de ser a menudo la causa de otros problemas, como depresión o trastornos de ansiedad graves, las personas tienden a ocultarlo, hasta el punto de retrasar entre 5 y 7 años la solicitud de ayuda.

El miedo al estigma, junto con el temor a no encontrar la ayuda profesional necesaria, es una de las principales razones que se esconden tras ese retraso en la comunicación, según detallaron desde TOC Zaragoza. Sin embargo, este trastorno puede remitir con el tratamiento psicológico adecuado, combinado cuando es necesario con psicofármacos, como recomiendan las guías clínicas.