Investigadores de la Universidad de Zaragoza han participado en la extracción de un cuello de dinosaurio del grupo de los saurópodos de más de cinco metros de largo en un yacimiento en el Pirineo de Lérida. Los restos incluyen 7-8 vértebras de la zona del cuello y las primeras costillas de un dinosaurio que vivió en esta zona hace unos 68 millones de años. A partir de los restos encontrados, se estima que este ejemplar pudo medir entre 15 y 20 metros de largo. Es uno de los saurópodos más grandes que se han encontrado en el Pirineo, un área muy rica en restos de dinosaurios como lo demuestran los yacimientos de Arén y Blasi, en Huesca.

Este nuevo hallazgo se enmarca dentro de la estrecha colaboración que el grupo Aragosaurus de la Universidad de Zaragoza mantiene con el Instituto Catalán de Paleontología Miquel Crusafont, con el fin de avanzar en el estudio de los dinosaurios del Pirineo. El Museo de la Conca Dellà, en Isona (Lérida) también ha participado en la excavación y alojará la pieza, una vez haya sido restaurada y estudiada, un proceso que durará varios meses y durante el que se extraerá la matriz de roca que incluye el fósil.

Bernat Vila, investigador de la Universidad de Zaragoza, ha destacado el valor científico de la pieza. “Este hallazgo tiene para nosotros un elevado interés científico ya que representa una parte muy significativa de un esqueleto que se encontraba en conexión anatómica y que nos puede aportar una valiosa información sobre el tamaño y la biología de este dinosaurio. Además, estamos muy satisfechos del trabajo realizado, ya que esta extracción ha sido la culminación de unos trabajos que empezaron hace casi 60 años”, ha comentado.

La excavación de este dinosaurio ha recibido una ayuda de la prestigiosa National Geographic Society, concedida al equipo de investigación de este trabajo, liderado por Vila.

Una gran “momia”, para la extracción

La estructura fabricada para sacar intacta la pieza del yacimiento, y que los paleontólogos llaman “momia”, pesaba entre 2.000 y 2.500 kilos y medía cinco metros y medio de largo por un metro y medio de ancho. Se trata de la momia más grande realizada hasta ahora por el equipo de investigadores de la Universidad de Zaragoza y el Instituto Catalán de Paleontología Miquel Crusafont (ICP) y, probablemente, una de las más grandes construidas en Europa.

Para los investigadores era interesante extraer el bloque entero porque las vértebras se encuentran en conexión anatómica, o sea, dispuestas tal como estaban en el animal en vida, un hecho bastante excepcional en los restos de dinosaurios que se encuentran en el Pirineo, a menudo formadas por piezas aisladas y dispersas.

La operación para extraer y trasladar la momia (nombre coloquial que se da al bloque formado por el fósil, la roca que lo envuelve y las estructuras metálicas y espuma de poliuretano que protege el fósil) se prolongó durante casi cinco horas y requirió del uso de una potente retroexcavadora.

A pesar de las grandes dimensiones y peso de la pieza, el proceso fue un éxito. En primer lugar hubo que construir el camino para poder acceder al punto exacto en el que se encontraba el fósil y, posteriormente, se cargó la pieza en el remolque que la transportó hasta el pueblo más cercano de la zona de Isona. El acceso al yacimiento de Orcau-1 es complicado y durante los últimos años de las campañas de excavación ya se había preparado el terreno para cuando fuera el momento de extraer este fósil.

A partir de ahora, el estudio de este fósil único aportará nuevas informaciones sobre los dinosaurios saurópodos que vivieron en el Pirineo antes de su extinción.

Un yacimiento descubierto en 1954

El yacimiento de Orcau-1 se conoce desde los años 50 pero por varios motivos no se ha excavado de manera sistemática hasta estos últimos años. Fue descubierto en el año 1954, cuando empezaron a aflorar en superficie los primeros restos de dinosaurios, pero posteriormente las excavaciones se detuvieron hasta los años 80 debido a problemas económicos. En el año 1983-84 se retomaron las excavaciones y se identificaron más restos de la especie que, finalmente, se excavó la semana pasada. La Universidad de Zaragoza y el ICP han excavado allí regularmente desde el año 2012.

Además de la National Geographic Society, las campañas de excavación de los últimos tres años en el yacimiento de Orcau-1 han sido financiadas por el Ministerio de Economía y Competitividad, el Instituto de Estudios Leridanos y el Departamento de Cultura de la Generalitat de Cataluña.