Las universidades del grupo G-9 han defendido hoy la necesidad de que las becas Erasmus se concedan para un curso académico completo y no para seis meses y han opinado que no es tan importante tener un B2 en idiomas al marcharse como conseguir ese nivel o uno superior al regresar a España.

A su juicio, el Ministerio de Educación pretende que haya las mismas becas aunque por menos tiempo pero según el rector de la Universidad de Cantabria y presidente del G-9, José Carlos Gómez Mal, "el tiro puede salir mal" de forma que estas becas "no sean lo suficientemente rentables".

Gómez Sal ha asumido la presidencia para el primer semestre del año de este grupo de nueve universidades, que reúne más de 220.000 alumnos (un 20% de los estudiantes universitarios españoles), en sustitución del rector de la Universidad de Castilla-La Mancha, Miguel Ángel Collado.

El G-9, que se ha reunido hoy en Santander, considera "absolutamente necesario" que las becas Erasmus duren un curso entero porque, en su opinión, seis meses "pasan inmediatamente" y también cree que no sólo deben plantearse exigencias a los estudiantes para acceder a las becas, sino también evaluar los resultados de su estancia cuando regresan.

Gómez Sal ha insistido en que "hay que reflexionar mucho" antes de cambiar las condiciones de unas becas que, a su juicio, han sido "muy importantes" para la integración europea y la cohesión social.

Los rectores del G-9 también están preocupados por el envejecimiento de sus plantillas docentes e investigadoras, que en algunas facultades como Medicina y especialmente en las "asignaturas clínicas" está resultando "dramático".

El problema es la tasa de reposición de los docentes que solo les permite renovar al diez por ciento de los profesores que se jubilan.

"Quien llega a la jubilación deja un baldío detrás y la formación de los profesores no se hace de un día para otro", ha subrayado.

El Ministerio acordó en diciembre con los rectores españoles crear un grupo de trabajo para estudiar cómo flexibilizar la renovación del profesorado, pero aún no se ha reunido, ha señalado Gómez Sal.

Y ha hecho hincapié en que las universidades no están pidiendo más dinero para contratar docentes sino "más autonomía" para gestionar sus plantillas y para utilizar el dinero que ya tienen "de la mejor manera posible".

El G-9 ha abogado asimismo por una "continuidad sistemática" en las políticas y los proyectos de investigación.

Gómez Sal ha explicado que algunas universidad como la de Cantabria han adelantado fondos para que al menos los proyectos que han obtenido financiación pudieran empezar hasta que llegase el dinero necesario.

"No se están interrumpiendo proyectos pero si han cambiado los ritmos de ejecución", ha apuntado.

Preguntado por la repercusión de la subida de las tasas universitarias, el presidente del G-9 ha explicado que no ha llevado a una reducción en el número de alumnos, que está creciendo en los últimos años, pero sí a que los estudiantes se matriculen de menos créditos.

El G-9 está formado por las universidades de Castilla-La Mancha, Extremadura, Islas Baleares, La Rioja, Oviedo, País Vasco, la Universidad Pública de Navarra, Zaragoza y Cantabria.