Con semblante de celebración, la responsable de Movilidad del Ayuntamiento de Zaragoza, Teresa Artigas, anunció ayer que el transporte público ha vuelto por fin a la normalidad, a las cifras de uso de antes de la huelga que afectó al servicio durante 123 días, entre diciembre del 2015 y abril del 2016. Así lo aseveró la concejala a la hora de hacer balance de sus dos primeros años de mandato en el Gobierno de Zaragoza en Común (ZeC), un dato que llevaba un año deseando dar, exactamente lo que le ha costado al servicio recuperarse.

Efectivamente, la estadística del primer trimestre del 2017 en el transporte público apunta que entre enero y marzo se han subido al autobús urbano 22.715.988 usuarios, nada que ver con los 17.677.383 que se contabilizaron en ese mismo periodo hace un año y que representa un aumento del 28,5%.

Ese dato es el que convierte en agua pasada la caída del 22,06% detectada en el 2016 con respecto al año anterior. El autobús urbano en Zaragoza vuelve a las cifras del 2015, cuando se registraron 22.680.091 usuarios, y las mejora en un 0,16%, unos 35.000 viajeros más de diferencia, pero ahora en positivo.

Las cifras acompañaban a Artigas en un día en el que, en el seno de la comisión de Urbanismo y Sostenibilidad, hacía repaso de sus dos años al frente de la movilidad y, en él, se le olvidaba referirse precisamente a la huelga. Pero salió airosa porque la normalidad parece haber vuelto para quedarse.

En el desglose de líneas, se observa que la recuperación ha sido muy desigual. En global sube pero, en el detalle, hay más rutas que bajan, 23, que las que suben, 21. Entre las que ya incrementan su uso con respecto al 2015 están algunas de las más utilizadas, como el 24, 32, 34 y 35, así como las dos circulares (Ci1 y Ci2). Entre las que siguen por debajo también hay algunas de las líneas más utilizadas, como el 21, 22, 23, 33, 38, 39 y 42. Llama la atención que crezcan todas las lanzaderas del tranvía en el sur.