El sector agroalimentario representa uno de los puntales económicos de Aragón. Aún así, la actualidad exige renovarse y buscar técnicas que ayuden a mejorar la productividad en el campo para que, entre otros aspectos, las exportaciones sigan al alza. En este contexto, muchas explotaciones agrícolas de la comunidad están utilizando un sistema basado en el ozono para evitar plagas y salvaguardar una producción saludable de sus distintos cultivos.

Este modelo de trabajo que permite incrementar la productividad entre un 15% y un 40%, además de prescindir en un 20% o 25% de los productos químicos, según aseguran las empresas que comercializan su uso. Un ejemplo de su éxito se encuentra en una explotación agrícola de la localidad oscense de Belver de Cinca, que trabaja con frutas de hueso.

«El ozono lo extraemos del aire y lo introducimos dentro de unas cámaras con el fin de higienizar las frutas ya que mata todos los virus que lleva la fruta», explica Ángel Miguel, propietario de la empresa Global Hermanos Miguel García SAT 9997, a la que pertenece dicha explotación, que lleva 15 años usando este producto. En una primera toma de contacto, observó en un mes que las frutas que habían permanecido en la cámara de ozono estaban sanas y en la otra, sin el uso de este componente, estaban podridas.

Viendo estos resultados positivos, decidió implantar una nueva fórmula: el ozono a través del agua del regadío. «La conservación era mucho mejor. Al tiempo probamos a inyectarlo en el agua donde cultivábamos la fruta, con lo cual estábamos desinfectando la fruta y ya salía sin hongos», aseguro Miguel.

Más productividad

Hemos puesto equipos de producción de oxígeno puro y ozono para inyectarlo en el riego, en las parcelas donde están los arboles. Esto provocará que las raíces se mantengan, que son el pulmón del árbol, y si tenemos el motor del árbol intacto se produce mejor fruta», detalla el fruticultor oscense. El propio Miguel reconoce que se trata de una inversión «importante» y recomienda «ir poco a poco», pero asegura que su uso mejora la productividad y aporta resultados positivos a corto plazo, en un mercado cuya actividad se centra fundamentalmente en la exportación a los países del este de Europa (entre el 60% y el 70% de las ventas).

Ángel Manuel Sereno, director general de Cosemar Ozono, señala que la herramienta tiene como primera aplicación ser un bioxida capaz de eliminar virus, bacterias y hongos. Puede ser aplicado a través del agua de riego o mediante tratamientos foliares o de sulfatación y pulverización sobre las hojas de los arboles. «El agua de riego es fundamental para proteger el árbol, aumenta los niveles de vitamina C. El objetivo es usar cada vez menos químicos y hacer las cosas de la forma más natural posible», recalca.

Según Sereno, los equipos para la instalación de este sistema pueden oscilar entre los 4.000 y los 6.000 euros, aunque también los hay más caros. No obstante, la inversión depende de «los árboles que tenga cada uno y lo que quieran hacer», apostilla. Por otro lado, al margen de la explotación en Belver de Cinca, Sereno afirma que hay varias instalaciones de ozono en almacenes de fruta de la provincia de Zaragoza, lo que denota la incipiente relevancia que está adquiriendo en el sector agroalimentario de la comunidad, así como a nivel nacional.