El funeral por el empresario aragonés Arturo Beltrán, fallecido el pasado viernes a la edad de 72 años, se celebró ayer en Utebo, su localidad natal. El acto, que tuvo lugar a las 18.30 horas en la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, será seguido mañana a la una del mediodía con otro funeral en la basílica de Santa Engracia.

Beltrán, que deja viuda y cuatro hijas, nació en 1946, en el seno de una familia de industriales (poseía una fundición en Utebo) y a lo largo de su existencia creó numerosas empresas en diferentes ramas de la actividad. El mundo de los negocios centró su quehacer profesional tras unos años en los que se dedicó a la política de la mano de UCD. Probó fortuna en un cúmulo de actividades, desde las taurinas (gestionó la plaza de Zaragoza) hasta las hosteleras, sin olvidar los medios de comunicación, el mundo inmobiliario y los hoteles. Sus amigos lo describen como un hombre "polifacético" y "emprendedor hasta el límite", como lo demuestra el hecho de que, a su fallecimiento, su nombre apareciera vinculado de una forma un otra a ocho empresas distintas.