Mohamed es uno de los 136 niños acogidos en Aragón mediante el programa Vacaciones en Paz. Tiene diez años, no sabe hablar español y es la primera vez que viene a la península. Tania y Juan Manuel son los responsables de este joven saharaui durante los próximos dos meses pero no es una experiencia nueva. «En el 2015 nos decidimos a participar en este programa y vino Musa. Ahora ha venido su hermano Mohamed y ya habíamos estado todo el año en contacto por lo que no somos tan desconocidos», confesaba Tania ayer, tras recibirlo en el aeropuerto de Zaragoza.

En el caso de Emmarcalina, es el segundo año consecutivo que pasa el verano en casa de Elísabet y su familia. «Llevo cinco años participando en esta iniciativa y durante este periodo del año en mi casa hay overbooking porque estamos mi marido, mis cuatro hijos, Emmarcalina, otro niño que acojo con otra asociación y yo. Es una locura», reveló. Vacaciones en Paz es una iniciativa que se desarrolla a nivel nacional desde el 1995, y la comunidad aragonesa participa desde su comienzo.

Diferentes asociaciones promueven el programa en las diferentes provincias en las que se lleva a cabo. En Aragón, las entidades Arapaz y Um draiga, en Zaragoza; Alouda, en Huesca; Lestifta, en Teruel; y ASAPS, en Alcañiz, han buscado a las familias y organizado las actividades.

El responsable de Arapaz, Oriol Gavín, explicó que pueden participar niños de entre 10 y 12 años para poder aprender el idioma español y recibir atención médica. «Colaboramos con una delegación saharaui y ella es la intermediaria entre las asociaciones y los niños. A partir de ese momento, nosotros nos encargamos de buscar a las familias y estamos realizamos un seguimiento de cada caso», ratificó.

También colaboran, según Gavín, las administraciones públicas como «el Ayuntamiento de Zaragoza, con Arapaz, y el Gobierno de Aragón, con las otras cuatro entidades aragonesas, porque financian el viaje de ida y de vuelta de los niños, cuyo importe resulta bastante costoso».