La vacunación a embarazadas contra la tosferina ha resultado sumamente efectiva. La medida, adoptada en diciembre del 2015 ante el considerable aumento en la incidencia de la enfermedad en lactantes, ha reducido hasta en un 80% su aparición en estos bebés. Así lo expone el boletín epidemiológico, que cifra en 5 los casos en menores de 3 meses en lo que va de 2017 -uno en niños de 2 meses, 3 en bebés de un mes y otro en lactantes por debajo del mes-. En el 2015, antes de que la Administración sanitaria aragonesa aplicara la vacuna a embarazadas, se habían registrado 27 casos. «Desde la introducción de la vacuna en el último trimestre del embarazo, en diciembre del 2015, ha disminuido el número de casos en lactantes, especialmente en menores de 3 meses», incide el boletín.

Aunque la medida se adoptó, sobre todo, para proteger a los niños menores de 2 meses, que todavía no podían recibir la vacuna. En ellos, la incidencia también ha caído (4 en el 2017 por 22 en el 2015).

Aragón aceleró la puesta en marcha de esta medida después de que, en el 2015, hasta tres bebés murieran en España por tosferina en apenas tres meses. La vacuna a embarazadas en el último tramo de gestación —entre las semanas 28 y 36, aunque lo ideal es entre la 28 y la 32—garantiza la protección del bebé hasta los dos meses, dado que la mayoría de ingresos por esta enfermedad se da en tramos de recién nacidos de entre 0 y 2 meses, por su debilidad frente a esta infección.

PROTOCOLO

El protocolo daba prioridad a la vacunación de embarazadas -la medida gozó de una cobertura del 91%-. El calendario de vacunación establecía la inyección contra la tosferina a los 2, 4, 6 y 18 meses y, la de recuerdo, a los 6 años. Tras esta decisión, esta última dosis se retrasó hasta que quedaran solventados los problemas de suministro que sufrió Aragón y el resto de comunidades cuando se puso en marcha la nueva normativa. Las autoridades sanitarias reanudaron, la pasada primavera, la vacunación a niños nacidos en el 2011, los últimos afectados por aquella suspensión.

«España ha aumentado la incidencia de tosferina desde el año 2010, cuando se observó un aumento progresivo en incidencia, hospitalización y mortalidad, especialmente en menores de un año. En Aragón, este aumento se detectó en el 2011 y, de manera más acusada, a partir de 2014», expone el boletín epidemiológico.

Entre las posibles causas de este incremento se encuentran «la mejora de las técnicas de diagnóstico rápido, la disminución del efecto protector de la vacuna y la menor efectividad del antídoto acelular comparada con la efectividad de la vacuna de células enteras»

En Aragón, durante el año 2016 se notificaron 128 casos, siendo la incidencia acumulada de 9,9 casos por 100.000 habitantes, ligeramente superior a la de España. El 51% (65 casos) fueron mujeres. La mayor incidencia se registró en menores de un año, seguida de 5 a 9 años y de 10 a 14.

El 11,7% de los casos (15) precisaron hospitalización, en su mayoría menores de un año. Salud Pública indica que se produjo un fallecimiento en este grupo de edad.