El grupo Vall Companys salió ayer al paso de las críticas de Comisiones Obreras (CCOO) al modelo laboral de esta y otras compañías del sector cárnico, a las que la autoridad laboral ha puesto en el punto de mira por considerar que se nutren de falsos autónomos. En un comunicado, la compañía catalana defiende que la actividad de todas sus empresas, entre ellas las aragonesa Cárnicas Cinco Villas, «se hacen de acuerdo con la normativa estatal (Ley 27/1999 de julio) de cooperativas y las correspondientes aprobadas por los parlamentos autonómicos».

Según avanzó EL PERIÓDICO el pasado mes de julio, la Inspección de Trabajo en Aragón levantó actas de liquidación contra cinco empresas cárnicas por trabajar con 270 falsos autónomos que prestaban servicio a través de Servicarne, una cooperativa de trabajo «ficticia». El grueso de las inspecciones afecta a dos filiales de Vall Companys (Cárnicas Cinco Villas de Ejea y Pondex de Sádaba), a las que la autoridad laboral ha reclamado 2,7 millones por 214 falsos autónomos.

En este sentido, la compañía aseguró que sus empresas «siempre han colaborado desde el primer minuto con los funcionarios de la inspección». «Vall Companys es un grupo empresarial referente en el sector y lo es en todos los sentidos, también en el régimen legal», remarcan desde el grupo.

El gigante cárnico subraya que las condiciones económicas con las empresas subcontratadas que llevan a cabo su actividad en las empresas del grupo e»stán por encima de lo que marca el convenio del sector». «Estamos ante un cambio repentino de criterio por parte de la administración. No es coherente que el modelo sea considerado ilegal de un día para otro», lamenta.

Vall Companys argumenta también que existen hasta 22 sentencias del Tribunal Supremo y de tribunales Superiores de diferentes comunidades autónomas «que avalan el modelo de uso de cooperativas de trabajo asociado en el sector».