Un año después de la riada que asoló el valle de Benasque, esta zona del Pirineo oscense encara con optimismo el próximo comienzo de la estación veraniega. En julio y agosto del 2013, los daños causados por el agua supusieron una pérdida de ingresos por turismo, pero la inversión de cerca de 12 millones en la reparación de infraestructuras hace que los hoteleros confíen en recibir en torno a 350.000 visitantes esta temporada.

De hecho, el sector hotelero comunicó ayer, mediante una nota de prensa, que al haberse arreglado todos los daños causados por las tormentas el valle de Benasque puede ofrecer un total de 13.500 plazas, entre hoteles, campings y casas rurales.

Las inversiones se han centrado en el suministro eléctrico, la depuración de aguas, el acondicionamiento de las orillas del río Ésera y la reparación de rotondas y accesos al valle.

José María Ciria, representante del sector turístico, mostró ayer su optimismo sobre la marcha de la temporada que se acerca. En el Ayuntamiento de Castejón de Sos, subrayó la importancia de los trabajos acometidos. Todas las administraciones y organizaciones empresariales han cumplido su parte y se han llevado a cabo actuaciones coordinadas, rápidas y eficaces".

En este sentido, los representantes políticos del valle de Benasque destacaron la "recuperación ejemplar" de las localidades ribereñas del Ésera, que recientemente han recibido la Placa al Mérito Turístico a Destinos Emergentes, galardón que premia su posicionamiento como uno de los destinos turísticos de montaña más importantes a nivel nacional e internacional.

El valle de Benasque se presenta ante el visitante como el lugar ideal para actividades al aire libre para todos los públicos y niveles. Senderismo, carreras de montaña, rafting, kayak, escalada, bici de montaña, parapente, paseos a caballo constituyen sus principales, pero no únicos, atractivos.

Además, este año se suma a la oferta la posibilidad de sobrevolar la zona en aeronaves, desde 60 euros, una forma de conocer el territorio que hasta hace poco era privativa de muy pocas personas con alto poder adquisitivo.

Con esta fórmula se podrán observar desde el aire los últimos glaciares del Pirineo y seguir el curso de los ríos que desciende de las cumbres, en una oferta que constituye otro aliciente del valle.