La cura del cáncer avanza por buen camino. La prueba de ello es la intervención en un tumor en el hígado que realizó el pasado 11 de julio Juan Luis Blas, jefe de servicio del hospital Royo Villanova de Zaragoza, y su equipo mediante la técnica de electroporación irreversible para operar tumores hasta ahora inabordables por su ubicación. Los sanitarios colocan varias agujas que rodean el tumor y, a través de corrientes eléctricas, estas células se destruyen sin afectar al tejido conectivo del órgano. Natural de Zaragoza, Blas estudió en la capital aragonesa y se especializó en Madrid en Cirugía General y en los últimos años, suele intervenir en casos de esta enfermedad. Está a la cabeza de un equipo de oncólogos y radiólogos para llevar a cabo esta práctica.

-¿Cómo se ha sentido tras realizar una intervención de esta complejidad y pionera en la cura del cáncer? -Nosotros nunca queremos afán de protagonismo. Tanto mi equipo como yo estábamos tranquilos porque contábamos con la seguridad de que no íbamos a producir lesiones que pudieran repercutir en el paciente. Hemos adaptado esta técnica, que se aplica en algún centro a nivel internacional, en un caso en el que hubiera sido imposible actuar porque se habrían dañado las venas suprahepática media e izquierda y el hilio hepático. Hasta ahora se utilizaba el calor para destruir estas células tumorales, lo que mataba también el tejido.

-¿Cómo surgió la decisión de intervenir en este caso? -Tras conocer y estudiar esta técnica, en junio decidí impartir una charla a compañeros de otros hospitales para presentar en qué consistía este método, qué ofertaba y a quién se le podía aplicar y, por casualidades de la vida, apareció en ese tiempo el caso de una mujer en Zaragoza en el cual podíamos intervenir. Ha sido una decisión muy premeditada y contando, en todo momento, con la gerencia del Salud.

-¿En qué casos se puede aplicar esta técnica? -Se puede hacer en tumores de hígado, de páncreas, de riñón y de próstata que estén adheridos a grandes vasos o conductos biliares y que no se pueden secar ni quemar con técnicas anteriores. Hay que tener en cuenta que la electricidad solo viaja por los tejidos. El pulmón, por ejemplo, contiene aire o el intestino y la vejiga son órganos huecos. Deben tratarse de órganos sólidos. Además, solo tiene efectividad en tumores de 3 a 5 centímetros ya que, si son más grandes, debemos poner más agujas y la electricidad no se transmite con la misma potencia, por lo que pierde su efecto. Solo se puede aplicar en casos que es estrictamente necesario porque, de lo contrario, igual realizaba una mala práxis y perjudicaba todavía más al paciente.

-¿Está previsto que se realicen más intervenciones mediante la electroporación irreversible? -En principio no, pero tenemos algún caso para valorar. El problema consiste en que, hoy en día, hay muy pocos tumores que no se puedan operar, de los cuales, en algunos pacientes no se puede hacer nada y a otros les beneficiarían otras técnicas.

-Cada vez hay más técnicas y más tratamientos para combatir el cáncer. ¿Cree que la cura de esta enfermedad avanza por buen camino? -El cáncer no sé si lo vamos a poder llegar a curar. Sin embargo, en muchos casos lo que era una enfermedad mortal hace unos  años la estamos convirtiendo en una enfermedad crónica. Vamos ganándole pasos al cáncer. Donde más se investiga y se avanza es en el diagnóstico precoz. Si se descubre un tumor a tiempo, el paciente tiene más posibilidades de que se vaya a curar y da igual el órgano en el que esté. El problema deriva en que hay muchos cánceres que dan pocos síntomas y que cuando los diagnosticas, ya están avanzados. Ya no es raro ver a pacientes con tumores digestivos y con metástasis que viven hasta diez años y con buena calidad de vida y, eso hace una década era una cosa casi impensable.

-¿Cree que la cura definitiva del cáncer está cerca? -Ahora mismo, hay numerosas vías de investigación. Con respecto a los tratamientos, hay un tipo adecuado para cada tumor. No todos los tumores son iguales ni se comportan de la misma manera. Vamos ganándole tiempo a la enfermedad, pero llegar a la curación del 100% es difícil. Todo se tiene que centrar en conseguir herramientas para el diagnóstico precoz porque con los tratamientos que existen ahora casi todo tipo de tumor se podría sanar. Yo creo que, si se pudiera detectar a tiempo, el 95% de los pacientes se podría curar.

-El Instituto Aragonés de Nanociencia ha puesto en marcha un proyecto en el que se utilizaría la catálisis para destruir únicamente las células tumorales desde su interior. ¿Le parece que podría llegar a ser una cura definitiva de la enfermedad? -Este campo tiene un futuro inmenso. Que haya una molécula creada por un laboratorio específica para este tipo de células y que respete a las sanas sería la quimera del tratamiento. Yo creo que algún día llegará. Por ejemplo, hace poco nadie conocía la técnica de la electroporación y ahora ya se está aplicando en centros hospitalarios.

-Pese a los numerosos avances en esta materia, ¿los tratamientos siguen siendo tóxicos para las células sanas? -Sí, pero dependiendo del tratamiento disponible tiene diferente nivel de toxicidad. Por ejemplo, en los de quimioterapia clásicos hay variaciones que se dirigen a un tipo concreto de tumor. Yo me acuerdo que solo había una quimioterapia para el cáncer de colon y ahora tenemos quimioterápicos clásicos o agentes biológicos que van contra ciertos antígenos del tumor. Pero, claro, también hay efectos secundarios, como cuando se toma una aspirina.