La revista Prótesis, exquisitamente editada por Reino de Cordelia y dirigida por David. G. Panadero acaba de publicar su nuevo número, que hoy se presenta en Zaragoza (Librería Cálamo) con el título de Crímenes célebres.

En sus páginas, una amplia panorámica de asesinatos, algunos históricos, considerados casi canónicos por los estudiosos, pero muchos de ellos también actuales, crímenes de hoy, todavía muy presentes en la memoria de todos.

Como, por ejemplo, el doble homicidio de Pierre Danilo en el valenciano barrio de Russafa. Danilo, un ciudadano sueco que ya había cumplido condena de varios años en su país, acabó en Valencia con la vida de un peluquero con quien había contactado a través de la red. Lo descuartizó, se deshizo de sus restos y asimismo atacó a un policía que seguía sus pasos, acabando también con su vida. El perfil homicida de Danilo es analizado en en uno de los capítulos de Prótesis por el criminólogo Vicente Garrido.

El sumario de la revista incluye el estudio de otros criminales y casos tan célebres como los protagonizados por la vampira de la calle Poniente (Fernando Gómez), la Dulce Neus (Mariano Sánchez Soler), la tragedia de Asunta Basterra (Alberto Ávila) o la historia de Wilma Montesi (Ramón García). Pedro Tejada, Andrés Pélaez o José María Sánchez Pardo analizan otros muchos casos, ofreciéndonos entre todos un ilustrativo compendio y una sabia visión de la criminología actual a la luz de la experiencia histórica y de las nuevas técnicas de perfilación de individuos cuya inclinación a la violencia acaba plasmándose en las muertes de personas inocentes.

David Panadero, director de Prótesis, opina que la pasión por el noir ha vencido en los últimos tiempos viejas vergüenzas o prejuicios y que el lector común se acerca al género con mayor naturalidad que lo hacían muchos lectores de El caso, por citar una cabecera popular, recordándonos, en esa línea, la pasión de Buñuel hacia la llamada nota roja mexicana, fuente de inspiración de algunos de sus trabajos cinematográficos. Tambien Hitchcock y Orson Welles, igualmente presentes en Prótesis, eran fieles lectores de las páginas de sucesos, de las que sacaron ideas o conclusiones para construir algunos de sus más extremos o truculentos personajes.

Una lectura apasionante, y una revista para conservar como un manual sobre crímenes famosos.