A veces la estadística está reñida con la sensación de alerta que se genera cuando el vandalismo actúa en un reducido margen temporal. Y eso es lo que demuestran los datos que arrojan los contenedores calcinados en Zaragoza en el último año, 154, que pese a haber disparado todas las alarmas por la concentración de incidentes, resulta ser la más baja de los últimos 5 años, en los que, no obstante, se han registrado un total de 918 depósitos quemados como consecuencia de pirómanos. Algunos de ellos han conseguido ser interceptados y detenidos gracias a la colaboración ciudadana. Otros, han logrado escapar a la Policía. Pero en estos momentos, la capital aragonesa sigue lejos de sus peores cifras.

Los datos del 2017 quedan por debajo de la mitad de los contendores calcinados en el 2010, el peor de los que se llevan de contrata de recogida de residuos (en el 2008 comenzó) con FCC, ya que entonces se dieron hasta 385 casos de quema intencionada de contenedores en la ciudad. «Se convirtió en una desagradable y habitual práctica de los vándalos», señalaron a este diario fuentes oficiales de la empresa.

Por fortuna, los registros en los últimos cinco ejercicios han bajado la estadística. Solo un año se disparó por encima de lo que viene siendo esta peculiar normalidad. Se trata del 2014, cuando los pirómanos actuaron contra 280 depósitos de basura provocando desperfectos. Es el dato más elevado del último lustro. Casi el doble que los 154 que se dieron el año pasado.

Y es que la cifra del 2017 es la más baja de estos últimos cuatro años, desde que en el 2013 bajó de forma súbita, pasando de los 230 del 2012 a los 132 de ese ejercicio. Ya en el 2011 se había dado un descenso abrupto con respecto a ese negro 2010 de récord, al contabilizarse solo 260 casos. En ese momento, con 125 menos que el año anterior, la estadística municipal disminuía un 32%.

Así, al año siguiente seguía bajando y en el 2013 se registraba ese mínimo histórico en esta contrata, que poco a poco se va convirtiendo en lo habitual. Al menos si se atiende a los datos del 2017 y también a los del 2016, cuando se llegaron a dar 156 contenedores calcinados, solo dos más que el pasado. De manera que la estadística en estos dos últimos ejercicios, prácticamente, se ha calcado.

Sería, en caso de proseguir en el 2018, la confirmación de una tendencia a futuro, ya que estos dos últimos ejercicios supusieron una reducción del 23% con respecto a los 196 contenedores calcinados en el 2015. Y conseguir que el 2014 sea solo una excepción, ya que con 280 depósitos afectados, el aumento con respecto al 2013 fue del 112%.