La variante de la N-234 en Calatayud, que se espera que entre en funcionamiento a finales de julio o principios de agosto, evitará más del 20% del tráfico que actualmente cruza la ciudad por esta carretera. Este es el cálculo que han realizado los técnicos de la Dirección Provincial de Tráfico, que han elaborado un estudio sobre mejora de la circulación en Calatayud, por encargo del ayuntamiento que preside Fernando Martín.

Fuentes municipales informaron a Efe que uno de los datos que los especialistas han avanzado ya es que la variante va a reducir de forma considerable el tráfico rodado, pero no de forma mayoritaria. Esto significa que, en la actualidad, el tramo de la N-234 que cruza por Calatayud es utilizado en su mayor parte por vehículos de la propia localidad o de los municipios del entorno que acuden a la ciudad bilbilitana.

Es decir, sólo pasa de largo el 20% del tráfico actual que atraviesa la ciudad y que de una u otra forma confluye en el conflictivo cruce del Paseo Cortes de Aragón entre la antigua N-II y la N-234. Se trata generalmente de tráfico pesado, de vehículos de transporte, que siguen la ruta entre Teruel y Soria.

De esta forma, una vez que finalicen las obras los vecinos de la ciudad se librarán de gran parte de los ruidos y los problemas de tráfico que originan el paso de estos vehículos pesados por el centro de la ciudad. Calatayud es paso casi obligado entre Levante y Soria, algo que hasta ahora había afectado seriamente al nivel de tráfico del casco urbano. Con la nueva variante el tráfico se desviará por la autovía de Aragón hasta la salida que enlazará directamente con la carretera de Soria pasada la ciudad de Calatayud.

UNA DECADA DE ESPERA El origen de la variante de Soria, que ha sido ejecutada durante de 24 meses, y que fue incluida en el Plan de Infraestructuras 2002-07, está en un estudio realizado en 1993, por lo que se trata de una obra con mucha historia detrás.

A pesar del destacado presupuesto, 8,23 millones de euros, la variante cuenta tan sólo con un recorrido de 2,45 kilómetros que une el punto kilométrico 237 de la N-II con el kilómetro 261 de la N-234. Si bien el elevado coste se debe a que para enlazar estas vías, hay que atravesar la ciudad de Calatayud.

En este recorrido, la variante salva un barranco, un camino y el ferrocarril Madrid-Zaragoza, con una estructura de 189 metros de longitud. Durante este trayecto la variante también atraviesa el cauce del río Jalón. La nueva vía tendrá dos carriles de 3,5 metros de ancho y arcenes de 1,5 metros si bien en sus 500 metros iniciales dispondrá de dos carriles adicionales para sus conexiones con la Nacional-II, a través de un enlace con glorietas, y con el nuevo polígono industrial de Mediavega de Calatayud, a través de un vial.