Los ladrones de casas mantienen su pulso la Policía, a pesar de la presión que sufren. En Zaragoza fueron desarticuladas siete bandas el año pasado y dos en estos primeros meses del año. Ahora han decidido innovar y han incluído las barras de cacao o la vaselina en su modus operandi. Con este producto de belleza, untan las mirillas de las puertas, lo que les permite no ser identificados por los vecinos del rellano que en ese momento no están sufriendo ruido. Cuando oyen ruidos miran, pero al no ver bien los ladrones consiguen evitar ser señalados en una rueda de reconocimiento en el caso de que sean detenidos en otro momento.

A esta técnica se une otra muy extendida, aunque con una utilidad muy diferente. Colocar pequeños trozos de plástico transparente que les sirve de chivo para saber si hay moradores en el interior de la casa. El mes de marzo es temporada baja para las bandas, los robos volverán en Semana Santa.