Aragón ha ampliado en las últimas 48 horas sus focos de alerta por los casos de coronavirus y también la preocupación por la aparición de contagios aislados sin vinculación a grandes brotes. Si Zaragoza capital registró entre el jueves y el viernes casi la mitad de los positivos notificados por Salud Pública en dos días en Aragón (58 de un total de 127), ayer sábado las miradas y el rastreo de posibles casos se derivaron a tres puntos nuevos: Tarazona, Calatayud y Mercazaragoza, en la capital.

En estos lugares se han detectado positivos en personas que han viajado en las últimas semanas y esa libertad de movimiento está provocando la proliferación, en los últimos días, de casos sueltos al margen de los brotes activos (en las tres comarcas de Huesca, en Bajo-Aragón Caspe, en Alacón, Sádaba y el centro de educadores del barrio zaragozano de San Pablo). Esta situación dificulta el rastreo de contactos a Salud Pública y también el hallazgo del origen dada la movilidad total.

En el caso del contagiado de Tarazona, se trata de un vecino de la localidad que trabaja como enfermero en el hospital Reina Sofía de Tudela (Navarra), donde al parecer ha tenido contacto directo con los pacientes ingresados allí tras un brote surgido en una boda celebrada en la ciudad navarra, donde ya hay más de 30 enfermos. Durante el día de ayer y de hoy se están realizando pruebas no solo a familiares y amigos de este joven de Tarazona, sino también a usuarios del polideportivo de la localidad, al que acudió cuando no tenía síntomas ni sabía del positivo. Por este motivo, el consistorio cerró temporalmente la instalación el viernes y volvió a abrir este sábado después de que una empresa de desinfección hiciera una limpieza exhaustiva. Además, para localizar a las personas que compartieron espacio con él, se hizo uso de las cámaras de videovigilancia y, una vez identificadas, ya se les ha contactado para someterles al test.

Mercazaragoza

En el caso de Mercazaragoza, el contagio se ha producido en un trabajador del matadero de 28 años. Es el primer afectado en la plataforma agroalimentaria desde que comenzó la pandemia. Fue enviado a casa el viernes para su confinamiento tras acudir a los servicios de prevención médica de Mercazaragoza y después su PCR fuera negativa tras la prueba realizada por el 061. Los trabajadores más próximos a la persona contagiada también han sido temporalmente apartados de sus puestos y van a permanecer controlados en vigilancia activa. Al parecer, el joven se contagió fuera de la instalación. El centro cuenta desde hace tiempo con protocolos extremos en materia de protección de los trabajadores, higiene y limpieza, uso y desinfección permanente de las instalaciones, organización de turnos de entradas y salidas a las zonas de trabajo y a los vestuarios, información al personal, etc.

Las autoridades sanitarias garantizaron que no existe riesgo para la cadena alimentaria y está previsto que la actividad del matadero se mantenga con normalidad a partir del lunes.

Centro Amibil

Por su parte, en Calatayud, según confirmó a este diario el alcalde José Manuel Aranda, varias personas del centro de la Asociación de Minusválidos Bílbilis (Amibil) están aisladas por prevención tras confirmarse un positivo en una trabajadora del centro. Al parecer, esta había estado en contacto con personas afectadas en el brote de Sádaba y esta semana acudió un día al centro bilbilitano a trabajar. Tras conocerse su contagio, la dirección aisló a cuatro usuarios y a ocho empleados que habían estado en contacto con ella. También se han limitado las visitas y salidas del mismo, tal y como marca el protocolo en estos casos para centros sociales o residenciales.

Fuentes de la DGA indicaron que el protocolo puesto en marcha para todos estos casos es el mismo: aislamiento del contagiado y de los contactos, estudio de los casos más cercanos y realización de PCR.