Los vecinos de la casa azul , el inmueble que el pasado 10 de noviembre se vio afectado por una sima, continúan sin entenderse. Después de que este diario desvelera la semana pasada que una parte de los propietarios --aproximadamente el 25%-- estaba disconforme por la "falta de información y transparencia" con la que se estaban realizando las gestiones, las desavenencias internas continúan.

Hace una semana, algunos vecinos se dirigieron al presidente de la comunidad para solicitarle que convocara una junta extraordinaria en la que se informara de todos los trámites que se había llevado a cabo. Ayer por la mañana, según uno de los propietarios, el presidente de la comunidad de vecinos se negó --mediante un buro-fax-- a la petición que le habían cursado. Sin embargo, sólo horas más tarde, un miembro de la junta rectora se dirigió de nuevo a este vecino para comunicarle que sí estaban dispuestos a realizar esta junta extraordinaria.

Según los vecinos que han exigido esta reunión, el propósito de ésta "no es obstaculizar ni el derribo, ni la construcción del nuevo edificio, sino que se les informe del precio, las propuestas, y los contratos que se han realizado hasta el momento". Una petición que consideran lógica, ya que "deberemos ser nosotros los que tengamos que sufragarlos finalmente", según explicaron algunos implicados.