La asociación de vecinos Lanuza-Casco Viejo, Stop Ruidos y la fundación Escuela y Despensa han presentado alegaciones a la gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento de Zaragoza por el proyecto para convertir los arcos exteriores del Mercado Central en veladores cubiertos e incorporar un escenario dentro de la lonja. Estos colectivos consideran que las medidas, incluidas en la propuesta de Zentral Abastos, la adjudicataria de la futura oferta gastronómica, resulta contraria a la legalidad urbanística y que incumple otras normas como las leyes de contaminación acústica de Aragón, de protección ambiental o de establecimientos públicos, así como ordenanzas como la de distancias mínimas y zonas saturadas.

El texto de alegación considera que la actividad del mercado «debe circunscribirse a la licencia urbanística concedida» que, suponen, «cumplía con toda la normativa», por lo que «no puede incluir una programación musical», ya que el acondicionamiento de la lonja «no incluye insonorización». Además, señalan que tampoco puede superar el horario para la actividad principal del mercado, «de acuerdo al artículo 8 de la ordenanza de Distancias Mínimas y Zonas Saturadas», una regla que también hace alusión, apuntan, a la obligatoriedad de que el acceso se haga a través del equipamiento público.

El presidente de la asociación vecinal, Eddy Castro, indicó que uno de los «grandes problemas» del casco viejo es el ruido generado por el ocio nocturno y cree que con esta propuesta se amplía el espacio para estas actividades «en una zona saturada aprovenchando el mercado».

Su homólogo de Stop Ruidos, Miguel Morte, considera «absolutamente imposible» rentabilizar la inversión «en el horario habitual del Mercado Central», por lo que teme que se trata de «un engaño», de manera que les permitan ampliar la apertura una vez tengan la autorización para abrir. Además, juzga como una amenaza esta oferta para la hostelería de la zona.