Biota se vistió ayer de luto para despedir al niño de siete años que hace dos días fue atropellado en una gasolinera de la localidad.

A las 19.30 horas se celebró el funeral al que acudieron todos los habitantes del municipio y acompañeron a la familia. «No vivimos más de mil personas en el pueblo, nos conocemos todos y estamos consternados con esta tragedia», declaró el alcalde, Ezequiel Marco.

El edil explicó que la investigación del accidente continúa activa y que la Guardia Civil está hablando con los testigos para investigar las causas del suceso. «El niño fue con su abuela a la gasolinera a comprar chucherías, salió de allí corriendo y una vecina que justo arrancaba en ese momento no lo vio y lo atropelló», explicó Marco.

A poca distancia de este establecimiento está el bar La Espiga, donde se encontraba Mercedes Maita, vecina de Biota. «Cuando ocurrió el accidente todos nos alarmamos y salimos corriendo», relató Mercedes, «nos encontramos al chico recostado», dijo. «La familia estaba muy nerviosa porque no llegaba la ambulancia, y cuando se presentaron los sanitarios intentaron reanimar al pequeño durante más de una hora, pero no llegaron a tiempo. Estamos todos consternados», añadió. El alcalde comentó que tanto la abuela como la conductora del vehículo que atropelló al niño «están en estado de shock».

Los hechos ocurrieron anteayer a las 20 horas en la gasolinera del pueblo y hasta el lugar se desplazaron los bomberos de la Diputación de Zaragoza del parque de Ejea, una UVI móvil del 061 y la Guardia Civil.

El alcalde, Ezequiel Marco, quiso mostrar sus condolencias a la familia y declaró tres días de luto en el municipio. También se colocaron las banderas a media asta y se suspendió el pleno municipal que se debería haber celebrado ayer pero no fue posible ante estas circunstancias.