Fue su última opción. Las Asociación de Vecinos de Miralbueno compareció ayer ante el pleno municipal del Ayuntamiento de Zaragoza para exigir al alcalde, Juan Alberto Belloch, la restitución del socialista José Luis Castillo como titular de la alcaldía del barrio rural. Entre los primeros puntos del orden del día se encontraba la aprobación del decreto de cese del alcalde de Miralbueno, destituido hace dos semanas por haber promovido una iniciativa contraria a la voluntad del equipo de Gobierno municipal.

María Pilar Gracia, del colectivo de San Lamberto, intervino para recordar que José Luis Castillo llevaba 25 años al frente de la alcaldía por decisión de los vecinos de Miralbueno y que su gestión había sido "muy positiva". "Ha convivido con alcaldes de distintos partidos sin problemas, dando la cara por su barrio y manifestándose en muchas ocasiones sin que por ello se le haya destituido, ¿por qué ahora sí?", expuso.

El teniente de alcalde de Participación Ciudadana, Antonio Becerril, prestó atención a las palabras de la vecina. No así Juan Alberto Belloch, quien empleó los escasos minutos que duró la intervención en conversar con su compañero de sillón, el teniente de alcalde de Urbanismo, Antonio Gaspar.

Tras la ciudadana, tomó la palabra Antonio Becerril para exponer los motivos oficiales de la destitución. Sus palabras dieron pie a un largo e intenso debate en el que no faltaron ni las acusaciones, ni los momentos de crispación.

Tanto PP como PAR intentaron arrancarle a Becerril las "causas reales" del cese (diferencias entre las distintas familias políticas del PSOE) aunque sin éxito. Elena Allué, concejala del PAR, exigió que se modifique la normativa para que las consultas populares sean vinculantes. Asimismo, criticó la actitud "pasiva" y el silencio de Chunta Aragonesista en este episodio. "Luis Pastor parece el enano mudito de Blancanieves porque en ningún momento se ha pronunciado ni a favor ni en contra", dijo.

Quien no guardó silencio fue Jorge Azcón, el portavoz del PP en temas de participación ciudadana. Su intervención fue dura al acusar a Becerril de haberse convertido en "la bandera de la mentira y la cacicada". Asimismo, el popular lamentó que a lo largo del debate el alcalde de Zaragoza no interviniese para justificar la destitución.

"Los argumentos que se han dado no son válidos y aunque no voy a sacarle la cara a José Luis Castillo como alcalde de barrio rural, sí exijo explicaciones por este cese sin precedente que sólo merece el nombre de cacicada", añadió.

Antonio Becerril mantuvo la calma durante el debate y no se salió del guión. Sus explicaciones fueron las mismas que se han venido repitiendo en las dos últimas semanas: "Castillo era el representante del alcalde de Zaragoza en Miralbueno. Su figura exigía la doble confianza del alcalde y de los ciudadanos, debía haber mantenido el equilibrio y no lo hizo. Hemos perdido la confianza en él".