Vecinos y visitantes de Perarrúa denuncian el deterioro medioambiental del río Ésera que, según apuntan, se traduce en la presencia de espuma en gorgas y remansos y, en ocasiones, cierto hedor. Según los más de 130 firmantes que han remitido su escrito de protesta a las administraciones competentes, detrás de estos efectos nocivos en el río estarían los altibajos en el caudal a lo largo del día por las necesidades de explitación hidroeléctrica y la falta de depuradoras.

Respecto a la primera de las causas, precisan que, en los últimos años, los altibajos en el caudal «se han hecho cada vez más pronunciados, aumentando considerablemente» la diferencia entre el de la mañana y el de la tarde. Para ello, se remiten a los datos del Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH) en Campo desde las 12 de la noche hasta las 12 de la mañana, de 0,45 metros cúbicos por segundo, «insuficiente para la sostenibilidad biológica», a su juicio.

Sobre la segunda de las razones que aducen, la falta de depuradoras en la mayor parte del río, consideran que es un problema «todavía más grave», puesto que solo hay tres desde Benasque hasta la localidad altoaragonesa. «La consecuencia es el deterioro de la calidad del agua, apreciable a simple vista por la presencia de abundante espuma en las gorgas y los remansos y, en ocasiones, de cierto hedor, debido a la falta de capacidad de absorción de los residuos por el escaso caudal de agua», describen.

Para los firmantes, la situación es «de alto riesgo para la sostenibilidad de la vida del río e, incluso, puede comportar riesgo para los bañistas que lo frecuentan».

Por todo ello, exigen a la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), al Consejo Comarcal de la Ribagorza, al Instituto Aragonés del Agua, al departamento de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente y al Ministerio para la Transición Ecológica «la intervención urgente mediante la puesta en funcionamiento de las plantas de depuración necesarias y el control del caudal del río». De la misma forma, piden una «total transparencia sobre los datos de sostenibilidad medioambiental».

Desde la CHE afirmaron ayer que un agente medioambiental de la confederación acudirá al entorno para comprobar el estado del río. De la misma forma, explican que el Ésera se encuentra en situación de sequía natural prolongada por la falta de lluvias en los últimos meses. También que, desde el 15 de julio, el caudal del río se encuentra entre 15 y 20 metros cúbicos de 10 a 22 horas y que, a partir de esa hora, desciende hasta los 0,5, seguramente, por el bajo nivel del embalse de Eriste que lo regula.