Los vecinos de los barrios de la margen izquierda más próximos al río viven con preocupación ante futuras crecidas. Por ello, ayer solicitaron a la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) que restituya el cauce en su tramo urbano. Según un estudio de la asociación Iberflumen, el lecho fluvial ha ido elevándose por los depósitos acumulados por las riadas, los cuales se han ido sumando a los que dejaron las obras de los puentes y demás infraestructuras acometidas en los últimos años.

Las asociaciones de vecinos de Vadorrey y del Arrabal presentaron ayer alegaciones al plan elaborado por la CHE para aplicar medidas paliativas ante los efectos producidos por las inundaciones en el tramo medio del río. Según aseguró Rafael Tejedor, presidente de la asociación del Arrabal, este plan "no recoge ninguna zona inundable en el casco urbano, y pedimos que también se contemplen".

Para Tejedor, "nuestra principal preocupación es que el lecho del río ha subido entre 1,5 y 2 metros, y cualquier inundación ordinaria puede afectar a nuestros barrios". Según explicó Pablo Polo, secretario de la asociación de Vadorrey, "antes, como no había casi puentes, las riadas arrastraban los derrubios con mayor facilidad", pero ahora se quedan retenidos. Por ello, ambas asociaciones son partidarias del dragado. "Si los arrastres naturales no se producen, habrá que ayudarles", añadió Polo.

Estos colectivos quieren que la CHE elabore un estudio del cauce para constatar cuáles son los puntos por los que hay más posibilidades de que entre el agua en una crecida. "También pedimos que las válvulas de retorno se revisen, ya que se construyeron para el antiguo lecho del río y, ahora que este se encuentra a una altura superior, corremos el riesgo de que se nos inunde el barrio ante cualquier avenida", concluyó Tejedor.