Los vecinos de Cosuenda están convocados hoy a una concentración ante la torre Lisalta para mostrar su "indignación" porque el Gobierno de Aragón no interveniera este para impedir la venta entre particulares del inmueble, que se produjo en octubre. La torre está declarada como Bien de Interés Cultural por lo que, según la ley, la DGA podía haber evitado, igualando el precio de venta, que el edificio pasara de manos de un particular a otro. El alcalde de la localidad, Óscar Lorente, también afeó al Ejecutivo que no traspasara ese derecho al ayuntamiento.

Los vecinos celebrarán también una asamblea en la que decidirán qué pasos dan a partir de ahora. Entre otras iniciativas, estudian efectuar una recogida de firmas, pedir un dictamen al Justicia, solicitar un informe a la Diputación de Zaragoza y proponer a la DGA que medie con el actual propietario, que se niega a venderla al municipio.