La plaza de los Sitios, el paseo de la Independencia, la Gran Vía, el paseo de Sagasta, Damas... Vivir en el centro de Zaragoza puede verse como un privilegio. «Es el centro, tienen de todo, de qué se quejan», suele ser la reacción generalizada. En una ciudad que se ha expandido hacia los extremos, vivir en la zona consolidada sigue percibiéndose como algo exclusivo. Pero a juicio de los vecinos que en ella viven, esa aparente distinción no es tal. Faltan servicios y abundan las carencias. Junto a las vías de renombre sobran ejemplos de calles menos lucidas que acumulan muchas deficiencias.

El centro es oropel: focos sobre las zonas nobles y apagón sobre el resto. «El primer problema es que nos confunden. El distrito centro no es el barrio de los ricos », lamenta Carlos Terrer, vicepresidente de la Asociación de Vecinos de Puerta del Carmen. Un estudio de la Universidad radiografió recientemente la otra realidad del distrito: viviendas antiguas sin ascensor ni garaje que en muchos casos no están adaptadas a las nuevas exigencias de habitabilidad y una población envejecida con necesidades propias sin cubrir. Doctor Cerrada, Bernardo Fita, Ricla, Madre Sacramento, Carmen, Doctor Horno, Zumalacárregui, Bolonia, Princesa, Coimbra, Moret, paseo de la Mina son solo algunos ejemplos de calles degradadas y viviendas antiguas que necesitan una renovación.

UNA DEMANDA HISTÓRICA

De ahí que se viviera con tanta preocupación la posibilidad de que una parte del distrito no entrase en el Plan Integral del Casco Histórico (PICH) para el periodo 2013-2020. Con incertidumbre hasta el último momento, finalmente la parte del centro que pertenece al casco histórico sí quedó bajo el paraguas del proyecto inversor: «Es una de las cosas de las que más orgullosos estamos », recuerda Patricia Cavero, presidenta de la junta del distrito, quien recuerda el «trabajo conjunto de todos». Sin embargo, Terrer advierte que «hasta ahora no nos han llamado ni nos han consultado nada». Pero sin lugar a dudas, una de las carencias más denunciadas desde hace años es la falta de equipamientos sociales y lúdicos. Los vecinos del centro cuentan con tres centros sociales: los de Laín Entralgo y Goya y la ludoteca de Doctor Cerrada. «Esos espacios son insuficientes. No hay casas de juventud ni instalaciones deportivas públicas. Pero nunca se han atendido nuestras peticiones», denuncia Cavero. Lo cierto es que los más pequeños y los mayores apenas cuentan con alternativas públicas de ocio. Los representantes vecinales han puesto sobre la mesa varios locales a los que ahora mismo no se les da uso, como la antiguo conservatorio de música de la calle San Miguel y una parte del antiguo gobierno militar de la calle Bilbao. «Pedimos que se redactase un documento y ni nos han contestado. Somos diez vocales, ocho del PP y dos del PSOE y esta y otras cuestiones las hemos aprobado por unanimidad con el consenso del resto de asociaciones y colectivos», recuerda Cavero. Terrer también recuerda el proyecto de un centro cívico en un espacio del antiguo colegio de Jesús María, entre Goya y Cortes de Aragón, que estaba pendiente de recalificación. Pero aquello quedó en algún cajón.

JARDINES POBRES Y SUCIEDAD

La presunta condición de privilegio del centro no se traduce siempre en un mejor trato. Ni en los espacios verdes, ni la conservación de las calles, «Los jardines de Gran Vía son muy feos y no están nada cuidados», se queja Marisol Pardos, presidenta de la AVV Puerta del Carmen, quien, no entiende el peculiar sentido estético de las zonas ajardinadas en el eje del tranvía. Y abunda en sus críticas: «Instalan el riego por goteo y luego faltan árboles que regar. Es absurdo». Y, sobre este asunto, Terrer remacha: «Nos prometieron la reposición de lo ejemplares que quitaron por el tranvía y no han cumplido».

Otras de las quejas que los representantes de los vecinos ponen sobre la mesa son la explanada frente a la estación de Goya, para la que reclaman maceteros o espacios lúdicos; los ruidos y la suciedad en calles que acogen locales nocturnos como la calle Ricla, en la que piden una renovación integral por contar todavía con tuberías de fibrocemento; los insuficientes parcheados en las menguantes operaciones asfalto; la retirada injustificada de bancos y árboles en el renovado paseo de Teruel; la confusa reordenación del tráfico en la plaza de Aragón; los problemas de saturación del tranvía y su falta de señalización en la plaza de España, la crisis del comercio... Al menos, una buena noticia: la retirada de los andamios de Lagasca y Princesa.