Los vecinos de Sádaba regalarán a su párroco, José Luis Casasús, un piano en el homenaje que le rendirán el próximo 26 de septiembre, justo antes de que el sacerdote abandone el municipio para trasladarse a su nuevo destino, Panticosa, después de 30 años oficiando misas en Sádaba.

La compra de este instrumento musical, que ha rondado los 4.000 euros, ha sido posible gracias a las aportaciones económicas de los propios sadabenses, quienes han depositado su donativos en unas urnas colocadas, hace una semana, en la iglesia y varios establecimientos del municipio. En ellas, a fecha de ayer, se habían recolectado 2.000 euros. A este dinero hay que sumar los 900 que ha donado la coral sadabense --que dirigió José Luis Casasús-- y la cuantía que el Ayuntamiento de Sádaba ha destinado a este fin y con la "que se completa el importe total del piano", según apuntó el alcalde de la localidad cincovillesa, Cecilio Cavero.

La iniciativa de adquirir este instrumento partió de los propios sadabenses, conocedores de las aficiones musicales de José Luis Casasús, intérprete de órgano, piano y guitarra. "Queríamos hacerle un obsequio que fuera bonito y útil, ya que en su nueva parroquia no hay piano ni tampoco órgano en la iglesia. Así, con éste podrá practicar", explica Cavero.

Este es solamente uno de los reconocimientos que el pueblo sadabense rendirá al sacerdote. Así, durante el próximo fin de semana se va a ofrecer una misa amenizada por la rondalla local, una formación de la que Casasús también fue director durante varios años. Posteriormente, el consistorio ha organizado un vino español para todos los vecinos en el Casino Sadabense, donde se procederá a la entrega del piano. Ya por la tarde, el equipo de fútbol del municipio, del que el párroco también formó parte, le concederá una placa. Desde el ayuntamiento, "se estudia la posibilidad de otorgarle una medalla, próximamente, por toda la labor social y educativa que ha desempeñado en Sádaba", según explicó el alcalde sadabense.

AGRADECIMIENTO Otros colectivos, como las catequistas, organizaron en su honor una cena el pasado sábado, "para agradecer todo el apoyo que el párroco ha brindado durante todos estos años", afirmó una de ellas.

El agradecimiento de los habitantes de Sádaba al párroco ha sido unánime. "La mayor parte de nosotros no queremos que se vaya y así se lo hemos manifestado al Obispo en multitud de ocasiones, desde que se conoció la noticia del traslado en el mes de julio. Aunque no nos ha hecho ningún caso", aseguró uno de los componentes de la Junta Parroquial. Sólo eso explica que todo el municipio se haya volcado contra la resolución tomada desde el Obispado para cambiarle de destino. Particulares y colectivos locales mandaron cartas al máximo responsable jaquense, Jesús Sanz; el Consejo Parroquial organizó una campaña de recogida de firmas --en las que se recopilaron 1.700--, y se realizó una manifestación en la que participaron alrededor de 1.000 personas.