Los vecinos de Ricla que en enero del 2016 coincidieron con Francisco José Canela Grima, acusado de matar a Robert Racolti, coincidieron ayer en que el procesado estaba ebrio aquel día del crimen.

Resaltaron que iba «de lado a lado y que se le trababa la lengua». De hecho, resaltaron que llegaron a verle con dos latas de cerveza, una en cada mano, durante el partido de fútbol que aquella jornada se celebró en la localidad zaragozana. La dueña del bar en el que antes del encuentro estuvo Canela también incidió en ello, hasta el punto que aseguró que tuvo que echarlo del establecimiento «porque molestaba a los clientes al ir tan borracho». Fiscalía pide para el acusado 19 años y medio de cárcel por asesinato, la acusación particular eleva su petición a 25 años y la defensa propone 5 años por homicidio imprudente.