Los vecinos de la calle Gil Morlanes, en el barrio zaragozano de San José, aseguron ayer que «ya no saben qué hacer ni qué decir» para que el ayuntamiento de la capital aragonesa escuche las reivindicaciones sobre el estado de «degradación» de esta vía después de 50 años sin intervenciones. Lamentan los agujeros en el asfalto y las aceras de «menos de medio metro». La concejala del PP María Navarro acudió hasta la calle para apoyarles y hacer oír sus peticiones.