La Plataforma Epilense Basta de Robos denunció ayer que se ha vuelto a producir un incremento de los delitos contra la propiedad estos últimos días, pese al aumento de la vigilancia puesto en marcha por la Delegación del Gobierno tras el asesinato de un vecino el pasado mes de febrero en las calles de la localidad.

«El domingo pasado hubo un robo en una empresa que comercializa huevos y se llevaron 40 docenas», denunció José María Simón, responsable de la entidad vecinal, que se constituyó hace tres años para intentar poner freno a los robos que se registraban en la zona conocida como el Cabezo, donde existen numerosas viviendas cueva.

Pero ese no fue el único caso. En la noche del miércoles al jueves, según el representante de la plataforma, se produjeron otros tres delitos en distintas casas y a un coche le sustrajeron la batería y cortaron los cables.

«Esto empieza a pasarse de castaño oscuro, sobre todo después del asesinato de febrero», afirmó Simón, que reconoció que ha aumentado la presencia activa de la Guardia Civil, tal y como prometieron el delegado del Gobierno del Aragón, Gustavo Alcalde, y el máximo representante de la Guardia Civil en Zaragoza, el coronel José Hermida.

«ESTAMOS MUY HARTOS»

Sin embargo, en opinión del responsable de la Plataforma Epilense Basta de Robos, el ayuntamiento de la localidad se mantiene pasivo frente a los acontecimientos. «Se miran muchas cosas, pero ha llegado el momento de actuar», subrayó José María Simón. «Estamos hartos, muy hartos».

Este malestar entre los vecinos de Épila está encima de la mesa el próximo lunes, cuando los representantes de la población se sentarán con el subdelegado del Gobierno de Aragón. La finalidad del encuentro era hacer un balance del mes de febrero, pero según el miembro de la plataforma ciudadana, «los cambios que se han producido últimamente» obligarán a cambiar asimismo la agenda de la reunión.

La plataforma epilense se ha movilizado en distintas ocasiones para reclamar la detención de los ladrones. Los principales perjudicados son los vecinos de la zona de el Cabezo, pero también las empresas situadas en los polígonos de la localidad y las propiedades agrícolas de su término municipal. Este estado de cosas, advierten, contribuye a tensar la convivencia y a crear una gran inseguridad.