La Audiencia Provincial de Teruel ha condenado a S. S. L. G., a un total de veinte años de prisión como autor de un delito de violencia habitual en el ámbito familiar, y dos delitos continuados de abuso sexual estos últimos cometidos con sus dos hijas menores de edad. Los magistrados le prohíben además acercarse a las tres víctimas durante 15 años.

Consideran los magistrados que desde el año 2004 y hasta el momento de la crisis familiar en el domicilio de la pareja y de las hijas, algo que ocurre a mediados de enero de 2018, cuando los hechos son puestos en conocimiento del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número tres de Teruel, «se han venido sucediendo constantes actos de menosprecio, humillación e insultos a la madre». Como ejemplo, relatan un episodio ocurrido el 12 de noviembre de 2017, cuando la esposa del encausado le reprochó que dijese a la hija común que "cuando saliese de su casa la iban a follar, darle por culo y violarla". En ese momento, S. S. L. G. comenzó a insultarla diciéndole que era "una hija de puta, iniciándose una disputa", finalizando la discusión cuando ella se dirigió a la cocina donde cogió un cuchillo con la intención de autolesionarse, siendo entonces agarrada por el acusado que al intentar

arrebatarle el cuchillo se ocasionó cortes en las manos

A ello añaden los castigos y agresiones a sus hijas con, por ejemplo, el cinturón por no hacer los deberes escolares. Pero el ahora condenado fue más allá y realizó tocamientos a la hija de 6 años y a la de 11 a la que le obligó a mantener relaciones sexuales. Relatan los magistrados que llegó a echarse un spray de sabores sobre el pene y le dijo a la menor que chupara, que sabía a piruleta.

En otra ocasión, llegó a penetrarla vaginalmente cuando la niña tan solo tenía 5 años, pese a las manifestaciones de ella afirmando que le hacía daño. "Una práctica sexual que continuó realizando hasta que la hija cumplió ocho años de edad, en diversas ocasiones, al menos diez, aprovechando casi siempre los momentos en los que ambos estaban solos porque la madre estaba trabajando.

Los forenses que vieron a las dos menores destacaron la credibilidad del relato, además de señalar que observaron lesiones en las zonas íntimas y consecuencias psicológicas.

El condenado, de nacionalidad colombiana y 51 años, estaba en prisión provisional desde febrero de 2018 y ha sido también privado de la patria potestad de sus hijas, a quienes tiene prohibido acercarse menos de trescientos metros durante quince años, así como a pagarles una indemnización de 45.000 euros (30.000 y 15.000, respectivamente).