La última jornada de las Fiestas del Pilar sufrió un anormal número de detenciones por parte de la Policía Nacional que colapsó la comisaría de distrito del Actur, en la avenida Ranillas (hoy, José Atarés) de forma que no se pudo atender a más denunciantes, y estos tuvieron que dirigirse a la comisaría de Delicias si querían dar parte de las incidencias habituales que se producen en los recintos festivos, desde hurtos a amenazas o faltas -delitos leves- de lesiones.

En concreto fueron 22 los arrestados, según fuentes policiales, los que provocaron la saturación (que no cierre) del centro que antes funcionaba como Inspección Central de Guardia (donde son conducidos todos los arrestados por las fuerzas de seguridad en Zaragoza) y ahora como comisaría convencional.

Según fuentes consultadas, más de la mitad de los arrestados, una docena, eran por casos de violencia de género o familiar, lo que contribuye a complicar los trámites del arresto, al requerir su asistencia letrada gratuita específica y otras diligencias complementarias.

El resto fueron casos más habituales en fiestas, como los citados hurtos o amenazas, en un número inusual incluso para fiestas, al parecer, que desbordó las previsiones de personal. Aunque la falta de efectivos es una queja habitual, y se le suma el operativo especial de Cataluña, en esta ocasión no fue la causa principal del colapso.