Fombuena es un caso extremo de lucha contra la despoblación, el problema que recientemente reunió en Zaragoza a consejeros de Hacienda de seis comunidades autónomas con zonas rurales que sufren una sangría continua de habitantes. Con solo 10 vecinos en invierno, este municipio del Campo de Daroca acaba de inaugurar un edificio polivalente pensando en las numerosas familias oriundas de Fombuena que regresan allí durante el verano y en otros periodos de vacaciones.

Además, no hace mucho acabaron las obras de consolidación y rehabilitación del exterior de la iglesia, que data del siglo XVII y que en la actualidad está sometida a un proceso de renovación interior.

"El pabellón multiusos está concebido para la práctica de deporte y también para la celebración de actos festivos y culturales, desde comidas de vecinos hasta obras de teatro", explica Juan Carlos Lorente, de Lorente Arquitectos Ingenieros, que ha llevado a cabo los dos proyectos.

El alcalde de Fombuena, Carlos Jaime Mainar, se propone crear alicientes que atraigan a nuevos pobladores y que mejoren la vida de quienes viven todo el año en la localidad, que está cerca de la autovía A-23.

La agricultura, la ganadería y, cada vez con más fuerza, el turismo son los principales recursos económicos del pueblo, que en la década de los años 70 del pasado siglo llegó a estar prácticamente abandonado, con numerosas casas hundidas.

Ahora, en cambio, Fombuena puede presumir de sus tres casas rurales que permiten acercarse a la sierra de Cucalón, una zona muy desconocida de la provincia de Zaragoza que destaca por sus encinares y por la abundancia de fósiles, hasta el punto de que existe un yacimiento que es objeto de estudio por expertos en paleontología.

Curiosamente, Fombuena perdió una oportunidad de desarrollo en los años 70, cuando más se despobló. El Opus Dei mostró interés por abrir allí una casa de ejercicios espirituales, pues este pueblo fue el primer lugar en el que ejerció el sacerdocio Escrivá de Balaguer, fundador de la Obra. Al parecer, no llegó a un acuerdo con el ayuntamiento de entonces y el proyecto se abandonó. Pero ahora, más de 40 años más tarde, se abren otros caminos para vencer la despoblación y generar progreso.