Los cuantiosos desperfectos causados por la violenta tormenta que descargó durante 10 dramáticos minutos sobre Zaragoza el lunes pasado todavía no han sido totalmente reparados, pese a que el ayuntamiento ha movilizado a todos los servicios municipales disponibles y ha reforzado sus plantillas.

La tormenta, calificada de "poco habitual" por los técnicos del Centro Meteorológico del Ebro, vino acompañada de vientos descendentes que, en algunos casos alcanzaron los 80 kilómetros por hora. El brutal fenómeno atmosférico, que derribó decenas de árboles y causó graves daños en el mobiliario urbano y en numerosos edificios, también produjo lesiones a varias personas que hubieron de ser atendidas en los servicios de Urgencia de los hospitales.

LLAMADAS DE AUXILIO Durante el día de ayer, los Bomberos, que hasta mediodía de ayer habían efectuado 250 salidas, continuaron retirando árboles caídos sobre la calzada y repasando los numerosos tejados que sufrieron daños. "Nuestro trabajo se centra ahora en retirar las tejas dañadas, colocar antenas en su sitio y sujetar las cornisas, aleros, carteles y marquesinas que corren el riesgo de desprenderse", señaló ayer un responsable de Bomberos. "Tenemos tanto trabajo que estamos desbordados".

La Policía Local, que la tarde de la tromba registró 160 llamadas de auxilio en sólo una hora y media, movilizó el lunes un total de 70 patrullas que se dirigieron a los distritos más afectados por la tormenta, principalmente Centro, Universidad, Casco Viejo, Arrabal y Picarral.

Los empleados del servicio de limpieza pública se emplearon ayer a fondo para recoger los escombros, cristales ramas y troncos que cubren el suelo en prácticamente toda la ciudad.

PARQUE DE MACANAZ Por su parte, el servicio de Parques y Jardines destinó 7 equipos, compuestos por 55 personas y 14 vehículos, a acondicionar los parques que sufrieron más destrozos, como el de Macanaz, en la Margen Izquierda, donde se desplomaron 14 árboles.

Los destrozos también alcanzaron al parque del Tío Jorge y a la plaza de los Sitios. Sin embargo, el parque Primo de Rivera apenas sufrió daños.

Los trabajadores de Parques y Jardines, que utilizan barredoras mecánicas, recorrieron asimismo las principales calles de la ciudad, donde todavía se amontonaban ayer árboles y ramas arrancadas de cuajo por la furia del vendaval.

UN FENOMENO LOCALIZADO "Los árboles fueron zarandeados por el viento porque la vegetación que tienen, todavía abundante, favorece el llamado efecto bandera ", explicó ayer Antonio Gordo, jefe del Grupo de Predicción del Centro Meteorológico del Ebro.

Gordo definió la tormenta como "un fenómeno muy localizado que, pese a su violencia, no puede equipararse con un tornado".

El viento sopló con una gran fuerza, informó, pero el hecho de que una descarga eléctrica inutilizara temporalmente la estación meteorológica del Jardín Botánico de Zaragoza impedirá conocer la velocidad exacta.