La obligatoriedad que impone la nueva Ley de Tráfico a los menores de 16 años de llevar casco cuando circulen en bicicleta por la ciudad ha cogido a muchas familias con el pie cambiado y ahora se han tenido que mover rápidamente para hacerse con uno de ellos. Ya podían hacerlo antes para proteger al niño pero es evidente que la motivación actual es sortear la multa por ir desprovisto de él, que sería de 200 euros a partir de hoy. Y lo demuestra el hecho de que se hayan disparado las ventas en un 50% en las últimas semanas, según reconocen los vendedores.

Tiendas especializadas y grandes superficies han encontrado en la nueva norma un nicho de negocio, acelerado por la urgencia de la entrada en vigor de la nueva ley. Un impulso que para las familias puede suponer un desembolso de entre 15 y 30 euros en un comercio dedicado al mundo de la bicicleta.

Aún así, llama la atención que los propios negocios tilden de "absurda" la obligatoriedad de llevar casco en las vías urbanas, "porque no tiene una motivación suficiente para imponerlo". Y opinen, incluso, que va en contra de la apuesta iniciada por las ciudades de fomentar el uso de la bici. "Obligar a llevarlo supone más gasto para el usuario y una evidente incomodidad en vías urbanas. Desincentiva la utilización de la bicicleta en ellas", explica David Arribas, propietario de la tienda especializada Recicleta, en Zaragoza.

Además, los establecimientos alertan de que con la novedad podrían empezar a proliferar también los cascos que, a un precio mucho más bajo que en la tienda, no ofrecen la misma seguridad o, directamente, no están homologados. Una venta "indiscriminada" para la que piden "más control y vigilancia" de la Administración, ya que ha decidido hacer obligatorio su uso en la ciudad.