La industria del automóvil recibió con júbilo la aparición de las placas de matrícula en las que quedaba borrada cualquier referencia territorial. "El efecto del cambio de placas ha sido todo un éxito desde el punto de vista económico", asegura Florencio Pérez, gerente de Cuéllar Concesionario. "Desde que entró en vigor la nueva matriculación, las ventas de vehículos de segunda mano han crecido un 23%". "Con el sistema antiguo --explica-- era muy difícil vender coches con matrículas vascas, catalanas e incluso de Valencia, y hasta las de Zaragoza tenían mala prensa en Levante, por la tensión creada por el trasvase". Para Pérez, volver ahora a las placas provinciales "sería un retroceso que tendría repercusiones muy negativas en este sector de la economía española".