Pocas cosas han perturbado la tranquilidad del PSOE en este año. Están crecidos y en su labor diaria dejan ver cierta prepotencia y relajación. Han ganado las tres últimas citas electorales y el desgaste desde que gobiernan la comunidad ha sido mínimo. Son conscientes de que esta placidez va a verse alterada tras la llegada del PSOE a la Moncloa. El colegueo con el Gobierno juega en su contra porque deberán afrontar las críticas a la gestión de Zapatero.